Dando un paseo por Madrid, no pude evitar fotografiar la modificación de los bancos de las paradas de autobús. Como pueden ver cerca de un extremo del banco hay una especie de aleta vertical. ¿Qué función tiene? Una muy practica: impedir que los vagabundos, los sin techo utilicen el banco para dormir lejos del frío suelo en las noches invernales.
Los vagabundos no son estéticos. Huelen mal y dan una imagen penosa a la ciudad, a la capital del país que está inmerso en eso que el gobierno llama la "gran recuperación" Un vagabundo es la imagen contraria de este mundo fascinante que nos quiere vender. Hay que ocultarlos, que no se les vea. De la misma forma que se niega la corrupción, el incremento de la desigualdad, los recortes en la sanidad y la educación. ¡No se me distraigan! ¡España ha salido de la crisis! (ahora sólo falta que lo hagan los ciudadanos), toda imagen que no concuerde con esa imagen que nos quieren transmitir de que "España ya no está es crisis" hay que evitarla. Estamos en año electoral...
La avilantez de nuestros munícipes raya lo obsceno, y la prueba es este banco que evita esa ofensa al buen gusto y a la digestión de los ciudadanos medios que no están en la raya de la miseria. Hay una novela de David Lodge en que un mendigo se aposenta en el portal de la comunidad. Él es progresista y decide controlar su primer impulso de rechazo como propietario que ve ensuciada la entrada de su casa. Termina por hacerse amigo de él y le ofrece su casa incluso para ducharse. Creo que la historia termina cuando un día encuentra desvalijada su casa. Es una buena metáfora.
ResponderEliminarCuentan que Azorín, cuando era anarquista, un día fue interpelado por un mendigo que le pedía limosna. Azorín que no era todavía Azorín le espetó insulto y le pegó una patada en sus partes lo que provocó la reacción del mendigo que se tiró a la yugular del futuro escritor y periodista. Entonces José María Martínez Ruiz le grito con entusiasmo: ¡Así! ¡Así!
Se trata de hacer la vida difícil a esta gente, (¡cómo si no lo fuera ya!). Con la misma creatividad, podrían hacérsela a los corruptos, a los grandes evasores fiscales, a las corporaciones que practican ese capitalismo de BOE, que nos sangra... pero no pueden. ¡Los han puesto ellos!
ResponderEliminarMuy clara la anécdota de Azorín
Un abrazo
j