Nube y Agua

Nube y Agua
El desapego de las nubes...la humildad del agua

jueves, 18 de febrero de 2016

Añoranza del 36





   Tal vez sea una falsa apreciación mía, pero siento que hay un exceso de tensión en el ambiente. Es normal que después de la triple mayoría del PP los años anteriores, la nueva situación política tan dispersa y con la entrada del partido "antisistema", el sistema, que ha perdido algo de control sobre si mismo se sienta irritado. Pero no creo que sea cosa mía. Basta con entrar en las redes sociales para ver las lindezas que las "Dos Españas" se intercambian y lo ofendidas que se sienten la una con la otra. Parece como si la guerra (in)civil del 36 del pasado siglo, hubiera ocurrido ayer, o aún peor, vaya a ocurrir mañana. Me dicen que no es probable. En el 36 había una situación social que ahora no se da en España, al menos todavía, pero los odios están listos, sólo falta un ambiente propicio, para que esa violencia verbal pase a física de una forma general y montemos otra matanza con barbaridades como ésta, como ésta y como ésta, por poner algunos ejemplos de lo que somos capaces de hacer cuando decidimos matarnos los unos a los otros.
   Tenemos al parecer una acuciante necesidad  de ofender al que no piensa como nosotros y de sentirnos ofendidos por ellos. Los católicos (sobre todo los de cierto nivel -alto- adquisitivo) son muy sensibles a las ofensas a la religión. Así braman contra Carmena por los belenes o por la cabalgata de Reyes en Navidad, o contra Ada Colau por el acto en que intervino la poetisa Dolors Miquel recitando un remedo de padrenuestro con tintes sexuales, (que para mi no era ni el momento ni la forma). Entiendo que cada uno puede pensar y sentir lo que quiera, con un sólo límite, el de ofender a los demás. En el país del Nacional Catolicismo, aún queda una notable proporcion de personas que se consideran catolícas, (es decir van a misa, bautizan a sus hijos, se casan por la iglesia y cuando se mueren se les reza una misa). Personalmente no soy muy creyente, soy más bien dudante, (tremendamente dudante diría yo), pero es lo que hay. Creo que entre todos deberíamos centrarnos en poner toda la energía en resolver el sufrimiento que padece una parte muy importante de la población, como consecuencia de la crisis, o la estafa, que dedicarnos a retóricas -a mi modo de ver innecesarias- que ofendan a una parte sensible de la ciudadanía. Dicho ésto, creo que por otra parte a los ofendidos les encanta sentirse ofendidos, así tienen la ocasión de hacer salir toda la manada de sapos y culebras que tienen dentro y que pugnan por manifestarse contra los "rojos de mierda", "sucios mal olientes" y " piojosos"(así los llaman, doy fe), que no creen en las mismas cosas, ( un tanto increibles para mí, pero bueno cada uno es cada uno), que creen ellos, encerrando a la razón a cal y canto.
   Me pregunto si esa facilidad de ofenderse se debe a que se ha atacado a la religión. Me temo que no porque entonces cualquier ofensa a otras religiones les molestaría también. Después de estudiar el fenómeno (y con la inestimable ayuda de las personas de orden  y piadosas que trato todos los días) creo sinceramente que no. Yo creo que la palabra clave no es la religión si no MI religión. Ese "MI" es fundamental, de la misma forma que no me  afceta igual el cáncer del vecino que "MI" cáncer, ¿a qué no?¡Dónde va a parar! Se siente que peligra la parte más vistosa (y superficial) de la religión, las primeras comuniones, las pomposas ceremonias, las procesiones, (¡tan nuestras!) los bodorrios de doce mil euros (mínimo). Tenemos una religión, (me meto dentro aunque no me crea un pimiento) que es "tan nuestra", que se tiene la sensación de que Jesucristo haya nacido en Burgos.
   Pero en fin, no seré yo quien diga lo que cada uno tiene que creerse o no, lo que sí me parece es que la postura de los "ofendidos" no es excesivamente coherente con sus creencias. Por ejemplo no los he visto abrir la boca , (a no ser que sea para defenderlos) en los casos de religioso pederastas.¡ Esos sí que destruyen la fe! No los he visto alaramarse por los escándalos financieros de la  CuriaVaticana. En una religión que predica la pobreza, no se entiende. No los he visto quejarse de la falta de caridad y el desprecio, que nosotros, los ciudadanos de la cristiana Europa, hemos manifestado ante el drama de los refugiados que mueren por huir de un país arrasado por una guerra, (en la que Occidente, tan limpio, tan civilazado, ha tenido y tiene mucho que ver). Tampoco he oído su voz ante el sufrimiento que está generando la exclusión social, de tanto compatriota, los desahucios  ni el crecimiento de la desigualdad. Tal vez la solución sea leer, (de vez en cuando, que el veneno es la dosis y si se la leen entera a lo mejor pierden la fe), ese libro gordo que tienen en el salón, sí la Biblia, ese libro que todos los católicos tienen y no lo abren. Hay pasajes curiosos, como en el que se explica quién es mi prójimo, o las dificultades que hay para entrar en el reino de los cielos, o la conversación que tuvo Jesucristo con un joven rico, o las "bienaventuranzas". No se si entenderían eso de poner la otra mejilla, o la de amar a los enemigos... no sé.
   Yo pediría a unos y a otros  "un poquito de por favor". Menos odio, menos ganas de molestar y más tener una actitud de comprensión. Hay mucho que hacer. Hay mucho que solucionar para que las "Dos Españas" estén a la que salta, exagerando como un jugador de futbol teatrero que ante un roce, se queja como si le hubiesen arrancado una pierna, para arrastrar a la pasión y a la indignación a los suyos. La crisis no tiene pinta de acabar, porque cada vez está más claro que es una crisis del sistema. Vienen tiempos duros No carguen las tintas porque sin darnos cuenta podemos llegar a un punto de ruptura, como pasó en el 36 a partir del cual pasemos a eliminarnos entre nosotros, (procurando hacerlo de la forma más bárbara posible), con ese odio, tan odio, como el que se tiene entre hermanos cuando se declara abierta la veda

2 comentarios:

  1. Siempre que se defiende una idea se dice como apéndice para atacar al otro "pero no he visto a tales y tales ofenderse por y por y por". Es un artilugio retórico que sirve para todo, para justificar o explicar todo puesto que nadie sea persona individual o grupo colectivo puede ser totalmente coherente.

    Otro lugar común como el anterior es negar al otro la capacidad de dar lecciones morales o políticas. En tal caso, nadie puede decir nada puesto que se niega a priori opinar por no tener derecho a hacerlo por faltarle credenciales democráticas en orden.

    Lo que concuerdo es que a los españoles nos va bastante la greña. Y una guerra civil cada cierto tiempo es algo que nos atrae magnéticamente. Pues, vale, a ello con entusiasmo.

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  2. Hombre, coherente que yo sepa no es nadie, en diferentes grados, claro.Aunque a lo mejor se es más coherente de lo que parece, pero en otro sentido.Somos coherentes con nuestros instintos ocultos no con lo que queremos manifestar al exterior que eso es marketing.O sea que nuestras acciones son coherentes con nuestros instintos no con nuestras palabras. Yo el primero.
    La religión tiene unos aspectos ¿folcloricos? Y otros más profundos y éticos. Nos solemos quedar con lo de fuera, con el envase en vez de con su poder transformado, que parece más incómodo. Posiblemente por eso son objeto de ataques, entre otras cosas.
    Todos los días trató con gente, que sin el menor sentido crítico vomita menes e insultos contra los que no piensan como ellos, repitiendo los titulares de determinados medios de información, simplemente porque dicen lo que quieren oír y me indigna esa escalada de tópicos e insultos manidos y me entristece que los medios creen tanto odio tergiversando los hechos a conveniencia.
    Un abrazo
    j

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