Nube y Agua

Nube y Agua
El desapego de las nubes...la humildad del agua

jueves, 6 de septiembre de 2018

Simplicidad



  El otro día mientras me lavaba los dientes por la mañana temprano se fue la luz en mi casa. Me enteré de que era un corte en la zona donde vivo y que duraría unas 3 horas. Alfinal duró el doble...
La llegada de estos pequeños inconvenientes te hace ver que la sofisticada sociedad que hemos orgullosamente creado, tiene los pies de barro. Un simple corte de fluido eléctrico hace que las neveras no enfríen, (con la consiguiente pérdida de los alimentos allí guardados, si dura mucho), el microndas o la cocina de inducción no funcionan, las luces no alumbren, las puertas elécricas no se abren las bombas de agua no trabajen...
   Nuestra pomposa sociedad del bienestar es realmente frágil y muy sensible a cualquier pequeño fallo.
   Me ha venido a la mente la historia de Steven callahan

   Steven Callahan es un navegante solitario que construía sus propios barcos y navegó a lo ancho y largo del mundo. Cruzando el Atlántico desde la isla del Hierro en dirección al Caribe,  a los siete días de navegación, despues de una tormenta, descubrió que el barco tenía una vía de agua importante. Infló su balsa salvavidas, la llenó con los pertrchos que consideró más necearios y abandonó el barco al hundirse.
   Aunque avistó mercantes, sus bengalas y señales no fueron avistadas por éstos ya que nunca pasaron a una distancia suficientemente cercana. Tuvo que ir tirando, a la deriva, de los víveres que se llevó, de lo que consiguió pescar y del agua de lluvia que recogía. Así estuvo 76 días, con sus noches...
   Después de 76 días derivando en solitario, una noche-concretamente el 22 de abril de 1982 - avisto unas luces en el horizonte. Era la isla de Marie Galante, cercana a Guadalupe, en las Antillas Menores. Gracias a un pescador pudo llegar a tierra firme  después de 83 días, de los cuales 76 habían sido de completa soledad.
   Ni que decir tiene que una experiencia como ésta supuso un notable cambio en su vida, aparte de haber perdido un tercio de us peso, se dedico,en base a su experiencia, a escribir libros de supervivencia que pudiesen ayudar a otros en sus circunstancias.
  Pero para mí el cambio más importante es el que él mismo relata así:

   La privación es como una especie de regalo. Consigo alimento después de un par de horas pescando cada día y busco refugio en una tienda de goma. ¡Cómo de innecesariamente complicada parece ahora mi vida anterior! Por primera vez, puedo ver con claridad la vasta diferencia entre las necesidades humanas y los deseos humanos. Antes de este viaje, siempre había tenido lo que había necesitado, y era muy normal que estuviera decepcionado por no conseguir todo lo que quería, cuando la gente no cumplía mis expectativas, cuando una meta se veía frustrada, o cuando no podía conseguir un algún bien material. Mi situación me ha dado una extraña clase de riqueza, del mejor tipo. Valoro cada momento que no sufro dolor, desesperación, hambre, sed o soledad.

   Tal vez no sea necesario pasar por una experiencia como la de Steven para darnos cuenta de la abundancia que nos rodea, de la cantidad de cosas innecesarias que tenemos (¡y que continuamos buscando!). La felicidad no es conseguir todo lo que queremos, es más bien una actitud. Una actitud flexible que se amolda a las circunstancias y que no se apega a nada ni depende de nadie.

   Ryokan, el monje loco, también lo tenía claro, aunque él en vez de ir a la deriva en medio del Atlántico lo descubrió en su apartada choza

 Mi choza está en medio de un profundo bosque,
cada año la hierba crece más espesa
Ninguna noticia sobre
los problemas de los hombres
A veces, el canto lejano de un leñador.
El sol brilla y remiendo mi manto.
Cuando la luna se levanta, leo poemas budistas.
No tengo nada que decir, amigos.
Pero si queréis entender, dejad de perseguir
tantas cosas.

   Pero cuánto nos cuesta... Vivimos atrapados en esa maldición de "cuanto más corras más te duela y en cuanto te pares revientes"
   Así nos va...

3 comentarios:

  1. Reflexión profunda donde las haya. Estamos cargados de necesidades que no son tales, dejando de gozar el presente simple de estar vivos, que es una heroicidad si uno se para a pensar. Las necesidades básicas, que sí generan profundo dolor cuando no se cubren, en efecto han de ser satisfechas, pero todo lo demás e spuro aire, muchas veces pura vanidad

    Un abrazo

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  2. La vida en sí misma y el mantenimiento de ella en las condiciones adecuadas exige una tal cantidad de factores que lo calificaría de "milagro"
    Por mi experiencia me he convencido que la felicidad, una vez que se dan unas condiciones mínimas es básicamente una actitud, un estado de conciencia que puede ser creado entre otras cosas gracias a la falta de espectativas y al reconocimiento de que todo, empezando por el placer, (que lo usamos como sucedáneo) es transitorio
    Muchas gracias por tu comentario y buen finde!
    j

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  3. Justo acabé un libro: La Preocupación por los pobres que habla de Francisco de Asís, me va cercando por varios lados, la idea de lo que realmente necesitamos. Gracias por la entrada. Gl.

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