Nube y Agua

Nube y Agua
El desapego de las nubes...la humildad del agua

lunes, 16 de abril de 2018

Estados de Conciencia




    No. No es un problema  de opinar diferente, en base a un análisis basado en una premisas. Tampoco opinan con ánimos de encontrar la verdad o todo lo que puedan de ella. No es que quieran convencerte.Es mucho peor. Es otro estado de conciencia, (posiblemente alterado). Es como hablar con una persona que  ha tomado una droga que altera su percepción de la realidad, (de la misma forma que yo la tengo alterada). Es como si una persona que tiene una pieza del puzzle, pontifique sobre cómo es el puzzle. Es más, cuanto menos piezas se tienen, con más dogmatismo se habla de lo que no se conoce
   No me parece mal que se opine, todo lo contrario. Todos tenemos una visión limitada de lo que nos rodea, por lo que poner sobre la mesa diferentes opiciones es una forma de acercarse a la realidad. Con mentes abiertas, libres de dogmatismos y fanatismos, podemos acercarnos a una opinión más cercana a la realidad, a una mayor comprensión. Pero no. Para empezar las opiniones rara vez están basadas en un previo estudio de la información disponile, que hoy por hoy, gracias a internet es muy amplia e inmediata. Para empezar seleccionamos SOLAMENTE las fuentes afines a  mi forma de pensar, descartando las que den versiones de los hechos que no encajen en mis planteamientos. Luego en base a esa información sesgada, tendenciosa más bien, soltamos al que quiera oirnos , ( y al que no) "nuestra verdad" Y mucho cuidado con discrepar. Al que discrepa hay que machacarlo.
   Tengo un compañero que es muy de derechas, Patriota de los de la bandera y el ejército, (como manifestación de los valores patrios), de misa de doce, le gustan los toros, dice que entiende de vinos y odia a Podemos y todo lo que suene a ecologista, vamos, el modelo estándar. Oye sólo la COPE. Tomamos café juntos y sin que venga a cuento irremisiblemente me saca la política  de forma contundente. "Has visto los cabrones de los catalanes" "El sinvergüenta de Pablo Iglesias", o el "subnormal de Pedro Sanchez" es la forma en que empiza la conversación habitualmente. Antes me revolvía por dentro y le intentaba -inutilmente- argumentar y no porque me parezca bien lo que hacen o dicen esos personajes, si no por que su información no estaba basada en un hecho sino en la opinión de un hecho que había oido y porque eso de insultar como norma  me cabrea. No tiene ideología. Tiene inereses, en no perder su estatus sus"tradiciones", su fe. Todo lo que cuestione estos aspectos hay que machacarlo. Obviamente, era inútil y algún día nos miramos mal. Ahora lo que hago es escuchar la COPE, (un rato, porque para mi es como estar sin respirar debajo del agua, lo aguanto pero no mucho tiempo) y de esa forma ya sé qué tema me va a sacar. Además he observado que la indignación que le ha producido lo que ha oido ha sido tal, que su cabeza ha ido más allá de la noticia-opinion y la que me cuenta es un desarrollo disparatado de la misma...
   Pero no es solo él. Trato con mucha gente así. Me imagino que la divina providencia, en su inmenso amor por mi, me ha puesto en medio de ellos para que pula, (y de que manera), mi caracter, aprenda a oir y sepa controlar mis palabras y mi mal humor. Es un tratamiento duro, pero realmente eficaz. Me ha ayudado a observarme y descubrir que comparto bastantes aspectos con ellos, sobre todo en la necesidad de ganar el debate, de llevarme la razón. Hay una diferencia importante, y es que yo procuro informarme previamente. La información disponible siempre tiene un mayor o menor sesgo, es inevitable, pero contrastando diferentes fuentes y tratando de no ser parcial se puede calibrar bastante el aparato y por lo menos saber qué grado de sesgo tengo yo mismo.  Y lo más importante de todo ello: NO SER COMO ELLOS
    El problema es que cada vez voy quedándome con menos amigos, ( o lo que yo entendía como amigos), cada vez hablo  menos porque nadie está muy interesado en lo que yo les pueda contar, no digamos si digo algo que atenta con su forma de entender el mundo. Como mucho la conversación se limita a saludos, despedidas, comentarios del tiempo y poco más. Otras veces, si estoy de ánimo, les sigo la corriente  con resoplidos y gestos de indignación y antimiento exagerados, cosa que les encanta... Yo lo llamaría ... "soledad acompañada".


 

2 comentarios:

  1. Es que es complicado. A veces vale más tener muy pocos amigos, pero con los que se pueda dialogar, incluso de política y que sean de otra orientación.

    Un abrazo

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  2. Me conformo con que piensen, no que racionalmente lo irracional. Con que vean más allá de las consignas a las que son adictos
    Un abrazo

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