Nube y Agua

Nube y Agua
El desapego de las nubes...la humildad del agua

martes, 10 de mayo de 2016

Diferentes opiniones.



   Parece ser que es muy importante que todos pensemos, (bueno mejor si no pensamos nada), lo mismo. La uniformidad, da la felicidad. Cuando uno pertenece a un gran (o pequeño) partido, se aplica la uniformidad. Todos los miembros deben estar de acuerdo con las directirces del partido. Se debe renunciar al pensamiento propio, ( mejor dicho a pensar). Ya hay pensadores oficiales en el partido, ( o los medios de manipulación), que asumen esa incómoda tarea de pensar por todos nosotros y luego emiten un resumen, facilmente digerible por cualquier cerebro, (como un articulo de TELVA), en donde se nos dice lo que tenemos que pensar, así no perdemos el tiempo en esa ingrata tarea, que sólo genera exclusión social. Si en un achaque, te da por pensar, lo más probable es que te salgas de la ortodoxia del partido y no salgas en la foto. A los que no salen en la foto no les queda más que la soledad y el desprecio de sus ex-correligionarios que los tachan de traidores.
   Pero esta situación idílica del pensamiento único, no es posible, lamentablemente. Por ejemplo un ciudadano que ha tenido la suerte de nacer, ( o de llegar con su esfuerzo) a un determinado nivel de vida, alto, que le permita tener un patrimonio amplio y diverso, no puede pensar exactamente igual que el ciudadano que ha nacido en un nivel social mísero, donde existen pocas oportunidades por mucho esfuerzo que haga. El primero defenderá su estatus, sus lujos, la ley, (siempre y cuando le favorezca), la propiedad privada. El otro no estará tan de acuerdo con los anteriores valores, que de alguna forma no le ayudan precisamente a salir de su miseria.
   Una persona que haya nacido en un país donde la religión oficial es la católica, no tendrá la misma visión que uno que ha nacido en un país musulmán, como por ejemplo Arabia Saudi. Lo curioso es que si ambos ciudadanos intercambian sus lugares de nacimiento, el católico sería musulmán y el musulmán muy probablemente católico. Hay una película, "El hijo del otro" ambientada en el conflicto árabe - israelí que pone de manifiesto esta situación y hasta que punto nuestros prejuicios son adquiridos del entorno
   Esto no tendría mayor importancia si no fuera porque intentamos desaforadamente imponer nuestras formas de ver la vida, consecuencia de "nuestra posición" en la vida a los que no tienen la misma posición. Que triunfe nuestro limitado y a veces no muy acertado punto de vista es fundamental para nuestro ego y no vamos a ahorrar esfuerzos en conseguirlo.
   No es que nuestro punto de vista sea érroneo. El problema es que se forma en función de los datos que tenemos disponibles, (lugar de nacimiento, cultura de la sociedad donde vivimos, educación, intereses...etc.). Por fuerza es limitado y la única forma de ampliarlo, es contrastarlo con otros puntos de vista que no sean similares a los nuestros. Si sólo tratamos con gente de "nuestra onda", que nos da la razón, nuestro ego estará encantado, (¡cuanta gente piensa como yo!: eso quiere decir que tengo razón), pero no seremos más sabios, aunque para mucha gente eso de ser más sabios les importa un pimiento, es hasta incómodo...).
   Si admitimos que nuestra opinión es limitada, podemos escuchar -sin querer matarlos- a los que piensan de forma diferente y de esa escucha y con  un ánimo integrador, podemos, ambas partes, acceder a una visión más real, más tridimensional, que nos permita interaccionar mejor y más efectivamente con el problema o situación. El "otro" deja de ser enemigo, es el que nos permite ver la otra parte oculta por nuestra cultura y prejuicios...
   Nuestra "altura sobre el suelo" aumenta con la cultura, con la información dispar que obtemos, con las opiniones diferentes, escuchadas con una mentalidad abierta que no pretende juzgar o rechzar simplemente por que no coincida con la nuestra. Es como despegar del suelo y movernos de forma que accedamos a otras fachadas y a una visión desde lo alto dee un edificio, del que sólo veíamos la fachada en la que nos dejaron...
   Demasiado bonito. Aquí preferimos radicalizar nuestras opiniones y acabar, fisicament,e (entre 1936 y 1939 ya lo hicimos y estamos deseando hacerlo de nuevo),  con los que no mantienen las mismas ideas que nosotros.

2 comentarios:

  1. Muy buena reflexión. Radicalizar o radicalizarse, es la mejor manera de errar. Porque, como dices,la verdad es poliédrica.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Pero el radicalismo es más fácil no necesita esfuerzo y tiene todo el apoyo del ego. La verda siempre es incompleta. Una vez lei que si imaginamos un puzzle cuyas piezas se han dispersado por una habitación, para saber qué representaba de la forma más aproximada habría que recoger y unir cuantas más piezas mejor. La vagancia mental, (generada entre otras cosas por algunas redes sociales y mensajerías), no tiene ganas de juntar muchas piezas y con unas pocas establece un imagen (de la realidad) tanto más limitada cuanto menos piezas hay y que hay que defender con fanatismo ... porque con lógica es poco defendible.
    Gracias por tu visita y comentario
    Salu2
    j

    ResponderEliminar