Nube y Agua

Nube y Agua
El desapego de las nubes...la humildad del agua

jueves, 11 de septiembre de 2014

Le falló el corazón, (definitivamente)

  


 "Que muera un pobre es importante para los familiares, pero que muera un rico es una catástrofe para España. Lo fundamental en un país son sus ricos y la turba es intercambiable" Así empezaba la columna de Salvador Sostres en el "Mundo" a raíz de la muerte de D. Emilio Botín  
   Me llama la atención lo que consigue la muerte en España. Todo el mundo alaba al difunto. La muerte de D.Emilio Botín (q.e.p.d.) es un buen ejemplo de ello. Partidos, sindicatos, empresarios, medios... compiten en proclamar a los cuatro vientos sus virtudes y callan o pasan de puntillas por sus sombras. No me parece bien hablar mal de los muertos, que no se pueden ya defender, bueno, casi peor me parece hablar mal de los vivos, que a veces tampoco tienen mucho acceso a una defensa digna y se les hace un daño en vida  irreparable  que en muchos casos que  arrastran a lo largo de su existencia.
   No es de extrañar tanta alabanza. D. Emilio se hizo cargo de un banco mediano y lo convirtió en uno de los más importantes del mundo. Lo de menos es cómo lo hizo. Crecer, ganar, conquistar mercados, acaparar poder es lo que importa. Lo demás...
   Viendo los valores que se ensalzan en un difunto, sobre todo después de haberlo conocido, da una idea de qué valores mueven a esta sociedad. Las sombras que se ocultan o se minusvaloran da también una idea muy clara de que errores, actitudes y sombras está dispuesta a  disculpar la sociedad. No seré yo el que las nombre y menos en estos momentos. En Internet el que quiera conocerlas las puede encontrar fácilmente.
   Salvador Sostres  ha definido muy bien en su columna cómo se piensa en España actualmente: "Tanto tienes, tanto vales". Son los ricos los que importan, la" turba"... es efectivamente intercambiable y por tanto todo lo que pueda disfrutar la turba, (sanidad, educación, puestos de trabajo, pensiones... ), no tiene la mayor importancia, porque la "turba" no importa, siempre existirá. De hecho ya se cuidaran muy mucho de que siga existiendo como tal.
    Como a D. Emilio, a esta sociedad le falla el corazón, lo que pasa es que a él le falló definitivamente.
 


 

4 comentarios:

  1. Es exactamenta así como tú dices!!!

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Bueno, es mi opinión en base a lo que veo y oigo. Como es obvio no conocí a este señor, sólo sé de él por lo que se publica a favor o en contra y que no puedo comprobar .Es cierto que el Santander creció durante su presidencia espectacularmente, aunque eso en sí no se si es bueno o malo. También es cierto que se produjeron escándalos, demandas...etc de las que salió bien parado. Eso de prestar dinero a los partidos políticos (y condonar alguna deuda), que detentan el poder no es mal negocio.
    Los que han padecido desahucios, "corralitos"...etc. puede ser que no tengan una opinión tan favorable como la que aparece en los medios.
    Lo que me parece muy triste es que se idolatrice a los "ricos", que si se les aprieta algo fiscalmente se llevan su dinero fuera y dse desprecie a la "turba", a la chusma, que no se puede escapar y por tanto tiene que soportar el esfuerzo fiscal que se le evita a los "ricos".
    Vivimos en una sociedad donde los valores humanos han sido sustituidos por valores bursátiles y financieros. No nos quejemos luego del inividualismo, el egoísmo, la violencia...etc. Cuanto más desigual es una sociedad, más tensiones se crean
    Un abrazo
    j

    ResponderEliminar
  3. Me ha sorprendido -mirándolo desde fuera- la tormenta de de valoraciones de la figura de Botín. Ángel o demonio. Un rematado hijo de la gran chingada o un extraordinario banquero. No sé cómo lo hubieran valorado otras sociedades distintas a la española. No sé qué pensarían los norteamericanos, los noruegos, los franceses, los alemanes, los japoneses ... Me sería interesante saberlo. De todas maneras estimo que su figura ha sido condenada rotundamente si atendemos a las redes sociales y las conversaciones y chascarrillos de calle. Otra cosa son los diarios oficiales, los mass media que proyectan otras consideraciones distintas a la sociedad de la calle. Los banqueros no tienen buena prensa. Tampoco los judíos, quizás precisamente por su leyenda de ser banqueros y controlar el mundo. Tal vez sería bueno para nuestro honor como ciudadanos no tener compatriotas como Emilio Botín, un auténtico tiburón. Nuestra guadaña corta cuellos del que sobresale. No hay mayor placer para el pueblo hispano que rajar gaznates (en la imaginación). Botín tiene todos los ingredientes para ser rebañado por aquellos que desdeñaba Ortega. Su cuello es atractivo, su éxito, vergonzoso, como todos los éxitos que no dejan de esconder debajo su suciedad. No nos gustan las élites de ningún tipo. Ni intelectuales, ni financieras, ni deportivas, ni políticas, encumbradas sobre la argamasa de la sociedad. Somos un pueblo de anarquistas envidiosos. Tal vez Salvador Sostres intenta zurrar en la badana a esa voz popular que se alza como patrón común, anónima, llena de rencor y ansia de guillotina. Hace tiempo que lo leo y realmente siempre merece la pena leerlo aunque solo sea para reírse un rato, no porque se esté de acuerdo con él. Pero es un lujo que alguien se atreva con tanto desparpajo a meter el dedo en el culo a la masa biempensante.

    ResponderEliminar
  4. No digo que sea el caso, pero se puede ser a la vez un extraordinario banquero yu rematado hijo de la gran chingada. Es más, viendo cómo funcionan los banco es incluso muy posible.
    Tienes razón que al ser banquero, (excepcional), y persona de éxito, tiene los dos ingredientes necesarios para ser candidato en este país a que le rebanen el cuello (de forma simulada y en diferido, por razones obvias).
    En cualquier caso, me imagino a que a personajes como D. Emilio, la opinión de la turba o la chusma no es lo que más les preocupa. Están más pendientes de lo que opinen los mercados y demás entidades que con un simple juicio o declaración pueden alterar sensiblemente el valor de su banco.
    Un abrazo
    j

    ResponderEliminar