Un día, dicen, que iban paseando por el campo Matsuo Bashô, el gran haijin, con su discípulo Kikaku. Se quedron extasiados viendo el vuelo de las libélulas, tanto que de Kikaku "brotó" un haiku:
¡Libélulas rojas!
Quítales las alas
y serán pimientos
Bashô respondió : "¡No!, de esta manera matas a las libélulas. Es mejor así":
¡Pimientos!
Añádeles alas
y serán libélulas
que bueno, me encantó! me quedo con esta sonrisa y la satisfacción de haber leído estos haikus.
ResponderEliminaryo tengo esta historia de libélulas.
Libélula muerta
te transportan con cuidado
las hormigas.
saludos
Me alegro Karin
EliminarTu haiku recoge un aspecto triste de la vida con gran solemnidad
Muchas gracias
Bs