Un poema de verano, sin duda. Es curioso porque este verano no he tenido momentos como el que describes. No he tenido ensoñaciones después de comer frente al mar al arrullo de las olas y de la gente. Mi mente no descansa, ora caminando, ora leyendo, ora escrbiendo. El verano para mí no es para descansar, sino para ir incorporando nuevas emociones, nuevas vivencias, nuevas ideas que van completando mi mapa personal. El verano ha sido rico en imágenes, mucho. Espero que para ti también lo haya sido, aun en esa duermevela frente al mar y la gente.
Con ese son celestial no me extraña...
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, relaja bastante... a veces demasiado!
EliminarUn abrazo
j
Un poema de verano, sin duda. Es curioso porque este verano no he tenido momentos como el que describes. No he tenido ensoñaciones después de comer frente al mar al arrullo de las olas y de la gente. Mi mente no descansa, ora caminando, ora leyendo, ora escrbiendo. El verano para mí no es para descansar, sino para ir incorporando nuevas emociones, nuevas vivencias, nuevas ideas que van completando mi mapa personal. El verano ha sido rico en imágenes, mucho. Espero que para ti también lo haya sido, aun en esa duermevela frente al mar y la gente.
ResponderEliminarTambien tiene su gracia -de vez en cuando- ese duermevela al arrullo del mar
ResponderEliminarUn abrazo
j