El mundo que queremos.

   El día 24 de este mes de abril, se ha cumplido el primer aniversario del hundimiento de la fábrica de Rana Plaza, en Bangladesh que aplastó a sus trabajadoras. Murieron 1138 personas, 140 se dan por desaparecidas más de  2000 resultaron heridas. En su momento las imágenes de esta matanza, (porque llamemos a las cosas por su nombre, no utilicemos la "neolengua", fue una matanza), impactaron en el higiénico, regulado e hipócrita occidente y nos obligo a cambiar de canal a la hora de las noticias.
   En esta fabrica se confeccionaban prendas de ropa de pulcras y atractivas marcas, en unas condiciones de auténtico esclavismo que luego se vende en las iluminadas avenidas de nuestras ciudades. Deslocalización se llama la figura. Monto la fabrica en un "infierno laboral" , donde se paga una miseria al trabajador, donde no existen regulaciones laborales y se hace la vida imposible a los sindicatos que se atrevan a existir. En fábricas donde se hacinan los trabajadores sin ningún control sobre la seguridad de sus edificios. El producto así fabricado por cuatro perras, se vende en el primer mundo en tiendas iluminadas, limpias por guapas señoritas o apuestos caballeros que tratan con enorme simpatía a sus clientes y la sede de la empresa se establece en un paraíso fiscal o un país que aspire a serlo, con lo cual consigo el objetivo de todo negocio: fabricar barato vender caro y pagar pocos impuestos... la globalización ¡cuanta inteligencia gerencial! Si se oye alguna tímida queja sobre las condiciones de trabajo en estos "infiernos laborales", se nos explica que bueno, son las condiciones y salarios que hay en estos países, y que es mucho mejor esta situación que no que se mueran de hambre. Lo explican tan bien, que uno hasta se cree que cuando se compra, ( la mayoría de las veces una prenda de ropa por capricho), está salvando al tercer mundo y claro, se compra con más alegría, se compra más. El deseo y la moral trabajando en la misma dirección. Nos sentimos bien, realizados doblemente...¡Ah el marketing!
   La magnitud de la matanza en su momento asustó a las firmas de ropa que "dicen no fabricar allí". Se habló de exigir condiciones, crear un fondo de ayuda de 40 millones de dólares... Hasta el momento, solo se han aportado 15 millones. Es lógico estas marcas, que según se dice, yo no he visto sus libros, tuvieron unos beneficios de 22.000. millones de dólares andan escasas de tesorería. Parece ser que el adelanto de 640 $ de indemnización a cada victima , (está barata allí la vida del ser humano), solo se ha cobrado hace una semana. Pero no todo son malas noticias. El salario mínimo ha sido aumentado a 68 $/mes...
   Así a primera vista uno se puede escandalizar, pero no conviene. Si hubiese más regulación laboral, mejores salarios, más inspecciones Si se trabajase de acuerdo con las condiciones de la OIT les haríamos una inmensa putada. Esas marcas de diseño que tanto nos fascinan, no les interesaría trabajar allí, (como no les interesa trabajar aquí) y se irían en busca de otro chollo laboral a otro país más mísero y estos "esclavos" morirían de hambre... o bien nos saldrían más caras  (2 ó 3 euros más)
   Qué malas son estas empresas  podría uno pensar. Bueno son empresas, deben maximizar sus beneficios, sus inversores les exigen que sus acciones suban...Sus gerentes están para eso, nada personal contra esa gente que muere en esas fábricas. ¡R-E-N-T-A-B-I-L-I-D-A-D! es la palabra clave. Lo demás no importa. Pero es que nosotros a nivel personal, jugamos a los mismo. Somos cazadores de gangas, pedimos descuentos, para sacar el máximo partido a nuestro dinero que tanto cuesta ganar. Somos inflexibles en este aspecto, pero tampoco nos importa cómo una chaqueta puede tener el precio tan barato, porque si lo sabemos, a lo peor nos sentimos mal. Somos los colaboradores necesarios y activos y no, ya no podemos decir que no lo sabemos. Miramos para otro lado o decimos la frase mágica "¿que puedo hacer yo?" Pues no mucho pero si muchos hacemos "no mucho" a lo mejor conseguimos más de lo que pensamos. Igual que exigimos una prenda sin ningún defecto, porque si no la devolvemos podríamos considerar exigir un certificado, una etiqueta, de ropa elaborada en condiciones éticas y si no la tiene no comprarla. Podríamos preguntarlo en la tienda, exigir que nos digan dónde y cómo ha sido fabricada y si no lo ha sido dentro de esas condiciones no comprarla. Podríamos entrar en la tienda escoger unas cuantas prendas para comprar y al pasar por caja exigir ese certificado, (que obviamente de momento no nos lo darán porque nadie lo pide) y dejarla allí sin comprarla. Si esto lo hiciésemos un cierto numero de clientes, y se procurase dar publicidad, las marcas empezarían a plantearse establecer o adherirse a ese certificado..."Mucha gente pequeña,en lugares pequeños, haciendo pequeñas cosas,puede cambiar el mundo" como reza el dicho africano.
   Si no lo hacemos es que en el fondo no nos importan estas tragedias y ese será el mundo que queremos tener. No nos quejemos entonces cuando esta misma situación se aplique a nosotros...