PUERTO DE CIUDADELA
El puerto de Ciudadela es una ría de unos mil metros de longitud, 50 metros de ancho y unos 5 metros de profundidad media. Hasta hace muy poco tiempo el ferry entraba en él. Los barcos se abarloaban unos a otros hasta en cuatro filas y cuando venía el ferry -que dentro del puerto era monstruoso- había que mover los barcos deprisa y corriendo para dejarle sitio o... Ahora se ha hecho un muelle exterior para él y los barcos se atracan muy ordenaditos en pantalanes nuevos. Se ha ganado en orden y eficacia, se ha reducido el stress, pero la anarquía de antes tenía su gracia.
En el puerto de Ciudadela se presenta un fenómeno, que aunque no es exclusivo de aquí, si es donde mejor se ha estudiado. Es la "Rissaga", que se podría traducir libremente por "resaca". De repente el puerto se "vacía", quedando los barcos apoyados en el fondo , que en las zonas de menor profundidad, queda totalmente al descubierto. En el plazo de unos 10 minutos se vuelve a llenar subiendo mucho el agua, que hunde barcos varados e inunda las terrazas y hasta las cocinas de los restaurantes que hay en el puerto. Entonces lo único que se escucha a las gentes con intereses en el puerto es "¡Tot perdit, tot perdit!". Unas veces las oscilaciones de la rissaga son de unos centímetros, pero otras veces alcanza varios metros y estas son las que destrozan.
Durante mucho tiempo se desconocía la causa de la rissaga, pensándose incluso que era de origen sísmico. Actualmente el fenómeno se explica porque debido a unas condiciones meteorológicas determinada se producen unas variaciones de presión que a su vez generan una ondas de presión que afectan hacen variar periódicamente el nivel del mar. Si la longitud de onda de estas ondulaciones coincide con la de alteraciones del puerto (unos 10 minutos) y a su vez coinciden crestas con crestas y valles con valles se monta una de cuidado.
EL CASCO ANTIGUO
Flor de alcaparra que abunda por los muros
Sol mañanero.
Aún la bicicleta
está a la sombra
Nubes y claros.
En la puerta del bar
un perro duerme
Pasear por el casco antiguo de Ciudadela, es retroceder en el tiempo, a una época en la que la dinámica de la vida era más a escala humana. No caben los coches, alguna bicicleta y sobre todo peatones que deambulan sin esa prisa con la que se anda en las grandes ciudades. Tomarte un café con una ensaimada en una terraza, a la sombra, mientras hojeas un periódico local y con el rabillo del ojo vigilas a la nórdica, con una piernas larguísimas, vamos, que le llegan hasta el suelo, que dejó su bicicleta apoyada en el muro mientras inspecciona la tienda de ropa, o visitar el museo diocesano que tiene restos arqueológicos interesantes o la catedral gótica, pero todo sin prisa. Deleitándose en cada fachada muy cuidadas con esas persianas mallorquinas tan incómodas de limpiar pero que le dan un aire a sus casas de dignidad toscana. Las puertas con coquetos visillos ... En fin "vivir", no pasar por la vida atropelladamente queriendo ganarle la carrera al tiempo, mientras nos perdemos esas pequeñas cosas, que en realidad son tan grandes... En fin, una delicia.
Dicen que el invierno es duro. La Tramontana debe llegar con ganas. El ruido del viento debe alterar el carácter. El Golfo de León al norte y no tan lejos, envía temporales de los de verdad a esta isla, la más al norte de las Baleares. Pero para eso quedan unos meses... y a mi ¡no me pilla!
Qué bello lugar Unsui, con las fotos y tu explicación es como ir paseando por esas calles que como bien dices aún tienen ese aire humano, como humanos los haikus que acompañan, hay sencillez, hay humanidad en ellos.
ResponderEliminarCon la segunda foto ya me ha hecho transladar a ese lugar que me parece tan entrañable, con los barcos alineados y detrás esas bellas casitas.
Gracias por compartir tan entrañable aventura.
Un abrazo amigo Unsui
Gracias Xaro. Desgraciadamente las fotos no llegan a manifestar toda la belleza que se percibe estando en el sitio
EliminarUna verdadera delicia, Unsui.
ResponderEliminarMás aún para quienes estamos tan lejos de ese paisaje... Gracias por compartir tu viaje, y coincido con Xaro: esos haikus tan cotidianos, tan humanos.
Un abrazo.
Gracias Juan Carlos. Todavía quedan en el mundo sitios que no están totalmente "macdonalizados"
ResponderEliminarUn abrazo
j
Muy buena entrada y muy buenas fotos, amigo Unsui. Fascinante el relato de la "rissaga". Desconocía el fenómeno aunque había oido de variaciones del nivel del mar causadas por cambios de la presión atmosférica, aunque siempre ligadas a grandes borrascas y huracanes (que se lo cuenten a New Orleans ... ).
ResponderEliminarRuego me perdones el mucho tiempo que te he tenido abandonado (a tí y a tantos buenos amigos de la red); voy poniéndome al día poco a poco.
Un gran abrazo.
Muchas gracias Joaquín. Un gusto verte por aquí de nuevo
EliminarSi quiers mas detalles de la rissaga hay un buen articulo en la revista RAM
Muchas gracias por tus comentarios
Un abrazo largo
j
Esta entrada es una cura en salud ya que la anterior nos subio la adrenalina:(
ResponderEliminarPrecioso! recorrido respira sentido común...en el sentido de las cosas hechas con tiempo y a su tiempo.La arquitectura, cuidado al máximo el detalle, estas preciosas ventanas con sus persianas hecho todo con esmero sin prisas...El puerto ya de las movidas climatológicas son muy frecuentes en el mediterráneo y la Tramontana que pone los nervios a flor de piel.
Un abrazo y gracias por este paseito.
Gracias Bertha. Me gustaría que todas las entradas fueran una cura de salud, que falta hace. En cierto modo esa era la idea original del blog... pero es que... ¡me indigna tanto lo que nos están haciendo y cómo lo están haciendo que si no me quejo reviento!
ResponderEliminarBsss
j
Bellísimo sitio y, para mí, más aun ahora, pues allí está mi hija, trabajando, como se trabaja ahora, 13 horas al día, 7 dias a la semana, lo tomas o lo dejas. Y aun así, incluso y aun más por eso, bellísimo sitio.
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