La muerte es algo que en esta sociedad tan refinada en que vivimos procuramos ocultar. Parece que si la ocultamos, no existe.
En la naturaleza sólo nos fijamos en esa plantas de colores espectaculares cuando explota la primavera. Son jóvenes y tienen todo un futuro por delante. Pero pocos meses después están pochas, secas, arrugadas. Ya no son dignas de nuestra mirada ni de nuestra cámara. Están muriendo o han muerto y eso ya no gusta.
Pero la muerte existe tanto como la vida, una y otra se engendran mutuamente.
Quisiera reclamar con esas fotos la belleza también de la muerte. Es otra forma de belleza, menos brillante, más nostálgica, que nos recuerda el destino inexorable de todo lo compuesto y lo absurdo que es apegarse a una determinada forma
Cielo grisáceo.
En la granada queda
solo la piel
Buena reflexión amigo "J".
ResponderEliminarUn abrazo.
Y sigues captando belleza, será posible!? La granada seca es mi favorita de esta serie.
ResponderEliminarGracias Ángel, hay que intentar encontrarle algo "atractivo", ya que es inevitable, (de momento)
ResponderEliminarUn abrazo
j
Gracias Ane. A mí tb me fascinó cuando la vi.Ese estado de destrozo tan patético, puede tener una segunda lectura si piensas que sirvió de alimento a algunos pájaros que ahora estarán volando por ahí, tan contentos. Pero una vez vacía y seca ya no sirve para nada, bueno, para sí,salir fotografiada y que a alguien le haga pensar.Incluso lo muerto, tiene utilidad
ResponderEliminarEstupendas fotografías (como siempre) complementadas por una magnífica entrada. Coincido con Ane, la fotografía de la granada seca es mi preferida.
ResponderEliminarGracias.
Besos.
Muchas gracias Leti por tus comentarios
ResponderEliminarBsss
j