Estoy leyendo estos días las noticias sobre el problema que se ha planteado en Panamá por los presuntos sobrecostes, (1.600 millones de $), de la construcción de un nuevo canal, obra emblemática que se adjudicó a un consorcio liderado por la constructora española Sacyr en competencia con Bechtel y otro consorcio español
No me he leído los pliegos del concurso ni el contrato de adjudicación. No soy Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Tampoco soy economista ni abogado. Es decir que lo poco que sé sobre el particular lo sé por las noticias, por "lo que se cuenta". Pero aunque carezco de la información y la formación adecuada para opinar sobre el tema, hay cosas que me llaman la atención.
Cuando se presenta una oferta a un concurso público de este tipo, entiendo que una empresa del tamaño de Sacyr, tendrá en plantilla a esos profesionales, (ingenieros,geólogos, economistas, abogados...) que SÍ DEBERÍAN ENTENDER, de obras, movimientos de tierra, hormigones, maquinaria necesaria y costos como para presentar una oferta ajustada a la realidad del proyecto. Entiendo que en una megaobra como ésta existan imprevistos, desviaciones... pero ¡dentro de un margen razonable!
Al parecer el precio ofertado por Sacyr, 3.118 MILLONES $, fue no sólo sensiblemente más bajo que sus competidores, (1.068 millones de $ menos que Bechtel, la mayor empresa de ingeniería del mundo y casi 3.000 millones de $ menos que el otro consorcio español -ACS, FCC, ACCIONA-), si no que además ¡¡era inferior al importe de licitación, (3.481 millones de euros)!!. ¡Qué bonito; una constructora, se da cuenta del error de cálculo que han cometido los técnicos panameños que han calculado el proyecto y la empresa de la "Madre Patria" no quiere aprovecharse de una de las" repúblicas hijas" ¡ Se me parte el corazón! ¡Qué ejemplo de hidalguía!
Pero los errores en los cálculos son de tal magnitud, que solo veo dos opciones:
a- Los técnicos no tienen ni puñetera idea de su oficio
b- Son unos chorizos, (los técnicos, el presidente de la compañía, los que contratan, los políticos que intermedian...)
Yo, sin saber nada de ésto me huelo que la opción más probable es ... ¡la b, efectivamente! ¿Y por qué me decanto por ella? Hay varias razones. Una de ellas es que soy español y conozco a mi especie. y desgraciadamente en esta especie hay bastante marrulleros, oportunistas, robaperas y listillos, (¿de dónde creen que viene la crisis que padecemos?). La otra es que se me ha ocurrido hacer números con los datos de un artículo del Confdencial, en el que se explica que este desfase en los números no es una novedad en las constructoras españolas. Miren:
Proyecto
|
Presupuesto
Millones Euros
|
Costo.REAL
Millones Euros
|
Ciudad de las artes y las ciencias, Valencia
|
308
|
1300
|
Expo Zaragoza Torre del agua
|
40
|
53
|
Expo Zaragoza Pabellón puente
|
40
|
80
|
Expo Zaragoza Palacio exposiciones y congresos
|
54
|
82
|
Ave Madrid Barcelona
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6.882
|
8.996
|
Ave a Asturias Variante Pajares
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1-858
|
3.550
|
Ciudad de la cultura Santiago de Compostela
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108
|
400
|
Terminal T4 Apto Barajas Madrid
|
1.033
|
6.200
|
Soterramiento M30 madrid
|
1.700
|
4.250
|
Reforma Palacio Correos Madrid
|
40
|
530
|
Línea 8 Metro Barcelona
|
2.500
|
16.000
|
Akmacen Gas Proyecto Castor Tarragona
|
600
|
1.289
|
TOTAL
|
15.163
|
41.438
|
¿ Tan malos son calculando? Si es así, con ese dominio del cálculo que demuestran deberían haberse dedicado a ser registradores de la propiedad en lugar de ingenieros y economistas.
En fin, que tratándose de obra pública, donde además participan los políticos, ejemplo de sabiduría y honradez, esta desviación me hace pensar que no es que no sepan... es que "saben demasiado".
¡Ah! se me olvidaba preguntarles: ¿quien cree que va a pagar el sobrecoste de las obras del Canal de Panamá ?
Personalemente, creo que los mismos que han pagado los sobrecostes anteriores...
¿Tendremos que hacer algo, o les dejamos que nos sigan robando?
Sí, realmente es indignante esta práctica de empresas y sus técnicos a la hora de valorar el presupuesto real de una obra, y que es una práctica habitual en obras que como has has reseñado son una oportunidad única para el pelotazo, los intermediarios con comisiones multimillonarias… La mayoría de esas obras han sido un fracaso y una muestra de megalomanía suicida. Hace poco estuve en Valencia y tuve ocasión de ver ese disparate de nuevos ricos que es la Ciudad de las Artes que ahora se cae a pedazos por fallos de diseño y construcción. Y el ciudadano está indefenso ante esto, y solo le queda pagar con sus impuestos dichas desviaciones y esos caprichos de gobernantes sin escrúpulos. Y sí, tienes razón, el sobrecoste de SACYR no sé por qué me imagino quién lo pagará. Sinvergüenzas, pero luego nadie tiene responsabilidad en ese engaño demoledor.
ResponderEliminarSaludos.
Cuantos problemas no existirían sin estos “errores”…
ResponderEliminarNo son errores, son estafas permitidas con nuestro silencio y nuestros votos (bueno, el mío no)
EliminarUn abrazo
j
Megalomanía suicida. Una buena definición. Lo malo es que esa megalomanía suicida ha sido pagada por nosotros. A lo mejor de no haberse metido en esos proyectos no habría habido que hacer recortes sociales.
ResponderEliminarNadie ha dimitido. Mientras, nosotros dejamos hacer. Ya ni nos indignamos
Es una pena.
Un abrazo
j
Por Dios, cómo nos engañan...
ResponderEliminarGracias por los datos, siempre en la brecha y es que no se salva nadie?
Un abrazo
No sé si se salva alguien... No los conozco a todos, pero sin entrar en decimales, me temo que hay más sinvergüenzas que perros descalzos.
ResponderEliminarBss
j