Dos años después

   Dos años han pasado ya del   terremoto de Japón que provocó a su vez el accidente nuclear de Fukushima.
   Es curioso cómo el exceso, la saturación de información, produce precisamente falta de información.
   El accidente nuclear de  la central de TEPCO en Fukushima ha sido calificado de nivel 7, el más alto en la escala de accidentes nucleares. Si preguntamos a cualquier persona que presuma de estar informada sobre la situación actual de la planta nuclear y los territorios que fueron afectados por la radiación dirá que que  está fuera de peligro y prácticamente solucionado. Es la ventaja que tiene el envejecimiento de las noticias. Por grande que sea el desastre, llega un momento que deja de interesar y de las cabeceras de los medios se va deslizando poco a poco en los noticieros a lugares menos visibles, hasta que llega un momento en que hay que buscarlas. Eso viene bien al lobby nuclear. Todo pasó, todo está bajo control y se puede volver a incidir en que la energía nuclear es la más segura, la más barata, la más limpia...
   Pero a nada que uno se quiera informar, resulta que la situación no está tan bajo control como se nos quiere vender, que existen grandes zonas todavía contaminadas y que la situación en la planta no está en modo alguno resuelta y puede revertirse si se produce un terremoto, (cosa no muy complicada en Japón), que haga colapsar los muros de los reactores.
    A consecuencia del terremoto y del posterior tsunami la planta se quedo sin fluido eléctrico y sin los generadores de emergencia. La refrigeración de los reactores se paralizó y las reacciones nucleares fundieron el núcleo de los reactores.Para entender lo que pasó es muy recomendable entrar en este enlace.
   Es importante destacar que lo que provocó todo el problema fue el fallo de refrigeración provocado por el corte de fluido eléctrico. Es decir situaciones -no forzosamente terremotos y tsunamis- que puedan provocar un corte de fluido eléctrico pueden generar el mismo accidente. No es fácil. Es muy improbable, pero ES POSIBLE. Un pulso electromagnético, una tormenta solar de gran magnitud, una situación bélica, por poner algunos ejemplos, pueden generar el mismo problema.
   Como se puede ver en este enlace y en este otro la situación sigue siendo complicada y muy costosa, costes que dicho sea de paso son pagados por los estados, o sea por los ciudadanos.