El viejo Antonov

   Desde hace ya bastantes años reposa en la plataforma del aerodromo de Los Martinez del Puerto un viejo Antonov AN-2
   Cuando se derrumbó la antigua Unión Soviética, era fácil encontrar autenticas gangas como esta. Un club de paracaidismo de Murcia lo compró en Lituania y se lo trajeron en vuelo hasta Murcia.
   El problema vino cuando hubo que matricularlo. Aunque el avión estaba homologado en la Comunidad Europea, Aviación Civil que es una entidad que se dedica a poner trabas a todo lo que vuela, actuó en consecuencia y fue imposible matricularlo en España y dedicarlo al lanzamiento de paracaidistas por ese club. A partir de ahí el avión que no había hecho nada malo, quedó aparcado en los Martinez del Puerto y enseguida empezó su "canibalización". La radio y los instrumentos fueron los primeros en desaparecer. Elementos que pudieran tener alguna utilidad aeronáutica los siguieron. El tiempo y el abandono han ido haciendo el resto. El entelado poco a poco ha ido dejando ver su estructura. Su ruedas se pincharon, rompieron los cristales de su cabina...
   Hace ya años, cuando estaba recién llegado, tuve la ocasión de volar en él. Esa cabina con sus instrumentos clásicos con agujitas, los cuernos y los pedales...¡ Qué cosas! Recuerdo especialmente el aterrizaje, a muy baja velocidad, , flotando como un gran pavo, veías poco a poco acercarse la pista, como a cámara lenta. Los slats del borde de ataque fuera.Ya muy cerca del suelo, levantar poco a poco el morro para hacer una toma de tres puntos (las dos ruedas principales y la de cola, deben tocar simultáneamente el suelo y el avión toca el suelo con el morro levantado, en la misma actitud que tiene en las fotos, si no... te la juega a poco que haya algo de viento cruzado). Era majestuoso.
   Ahora, me recuerda a esos cetáceos que varan en la playa y conforme pasan los días se van descomponiendo, ayudados por las gaviotas...
   Me da pena ver un avión tan histórico como éste abandonado, deshaciéndose poco o apoco. ¿Qué pensará? (yo estoy convencido que los aviones piensan y sienten, como algunas personas)