Un hermoso haiku cuyo último verso, el que introduce la sorpresa en este caso evidencia algo que, no por lógico, deja de alentar un sentimiento de tránsito, de tempus fugit, de contraposición entre hermosura -belleza- y transitoriedad… En cierta medida hablas de la puerta pero hablas también de la vida humana, de nuestro tiempo que se devana en volutas inconsistentes. Sencillo pero potente. Gracias.
Gracias a ti por tu comentario. Efectivamente quería transmitir un sentimiento de fugacidad -de todo- a pesar de las apariencias de estabilidad Un abrazo j
Tienen algo de misterioso estas viejas puertas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y de belleza...
EliminarUn abrazo
j
¿Es la puerta del reino de Avatar?¿La de Pitufolandia?¿la casa de un tuareg que destiñe?¿la de un tiffoso azzurro?
ResponderEliminarYo me inclino por la del tuareg que destiñe...
EliminarUn abrazo
j
Y oxido el hierro...
ResponderEliminarUn abrazo!
...huellas del tiempo en su larga vida...
EliminarUn abrazo
j
Un hermoso haiku cuyo último verso, el que introduce la sorpresa en este caso evidencia algo que, no por lógico, deja de alentar un sentimiento de tránsito, de tempus fugit, de contraposición entre hermosura -belleza- y transitoriedad… En cierta medida hablas de la puerta pero hablas también de la vida humana, de nuestro tiempo que se devana en volutas inconsistentes. Sencillo pero potente. Gracias.
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario.
EliminarEfectivamente quería transmitir un sentimiento de fugacidad -de todo- a pesar de las apariencias de estabilidad
Un abrazo
j
Me gusta esa puerta, la imagino cuidada con ese azul mediterráneo...La impermanencia hace huella y la carcoma se apodera de ella como un buen manjar.
ResponderEliminarBello haiku Unsui, foto excelente
Un abrazo
Si todo lo compuesto tiende a la simplificación y los simple a complicarse... es la vida
ResponderEliminarBss
j