Navegábamos sin el génova y con la mayor con dos rizos haciendo un ángulo al viento aparente de unos 50º . La noche, toledana. Continuos chubascos pasan sobre nosotros dejando caer auténticas mantas de agua que impiden ver el tráfico de mercantes y pesqueros que nos rodea. Además de agua, Júpiter nos arroja una buena dosis de rayos y centellas que nos obligan a apagar los sistemas electrónicos para evitar que casquen si cae un rayo cerca. El mar, pues agitado. a lo mejor no tanto como se podía esperar del vendaval, pero lo bastante como para que de vez en cuando el roción de una ola me deje empapado, (de agua salada, esta vez).
Nunca, pero, vamos, nunca, nunca, nos imaginábamos que en nuestra travesía del Atlántico nos íbamos a encontrar un temporal como este, nada más salir de Cádiz.
El Picoesquina saliendo de Cartagena
Nuestra travesía de Cartagena a Cadiz tampoco fue precisamente de "placer" A la altura del cabo de Gata, los partes meteorológicos del canal 16 del VHF ya nos alertaban de la inminente llegada de un temporal de poniente. El mar como un plato en modo alguno parecía presagiar lo que se nos venía encima.
Efectivamente, al atardecer empezó a arreciar el viento y llegaron los primeros chubascos que se hicieron constantes. Nos tuvimos que refugiar en Motril entrando en el puerto palpando, gracias al plotter,pues de noche y con la que caía la entrada al puerto había que imaginársela.
Pasado el Estrecho, ya subiendo a Cadiz se nos metió un pedazo de Noreste , o sea de proa que no nos dejaba avanzar y retrasó la llegada a Puerto Sherry, hasta las 5 de la madrugada.
La salida de Cadiz ha sido un anticipo de lo que nos íbamos a encontrar. Ya a punto de soltar amarras, vemos que la proa está muy hundida y eso... no es bueno para navegar por el proceloso. Por delante del camarote de proa hay una cámara que hemos convertido en una especie de hipermarcado de alimentación... y pesa como tal. A toda prisa tenemos que sacar toda la cadena del ancla y llevarla a estibar a un cofre de popa. Si necesitamos fondear... ya sabemos que no tenemos con que...
Los barcos de la regata ya habían salido a la bahía y en breve se iniciará el procedimiento de salida. ¡Nosotros todavía teníamos que hacer gasoil!*
Por fin salimos diciendo adiós a familiares y amigos que se desde el muelle nos despiden... con cierta congoja, pues nos conocen...y el cielo se ha empezado a poner negro. Muy negro.
Salida de la regata. A la derecha el inminente chubasco
Antes de que se pueda dar la salida por el comité, se nos echa el chubasco encima, con viento de 50 nudos y granizo. Nos tenemos que guarecer debajo del bimini de las pedradas que caen.
La visibilidad ha quedado reducida a ... nada. Los barcos que teníamos alrededor, no se ven. Para más emociones el génova se acuertela y las escotas sin que todavía consiga saber como se meten por debajo del casco , se monta un lío tremendo.
La bahía de Cadiz tiene cantidad de bajos y nosotros, sin gobierno, vamos derivando hacia ellos. No nos atrevemos a poner el motor en marcha por si enredamos las escotas con la hélice, lo cual sería ya el colmo.
Por la radio oímos al comité de regatas decir que dan la regata por iniciada y que nos olvidemos de pasar entre boyas, cada cual que haga lo que pueda. Todo un año organizando esta travesía y va a acabar nada más salir
Por fin descubrimos que podemos recuperar sin grandes problemas las escotas. Ya llueve menos y nos podemos hacer con la situación y poner rumbo mar adentro.
Cuando a eso de las seis de la mañana empieza tímidamente a clarear, ya no llueve, aunque el cielo está muy cubierto. Vamos navegando sólo con dos rizos de la mayor a 10 nudos. El viento aparente marca 57 nudos y dado que vamos navegando por la aleta, el viento debe ser de unos sesenta y tantos nudos, vamos lo que se llama un temporal de fuerza once en la escala Beaufort,( cuyo máximo es 12), algo con lo que pensaba que nunca tendría que lidiar.
Con la paliza que lleva el barco y nosotros, decidimos entrar en Barbate, que es el puerto más cercano y a un rumbo más favorable que tenemos. Procuramos pasar con bastante resguardo del Bajo de la Aceitera y nos plantamos frente a Barbate en poco más de una hora.
Para entrar en el puerto decidimos poner el motor en marcha y ayudarnos con el pues hay mucha mar. A los pocos minutos de funcionar, se para,¡vaya por dios!. En los depósitos de gasoil, cuando no están muy llenos, en invierno se condensa la humedad y en la interfase agua/gasoil se desarrolla una flora microbiana que emboza el filtro de gasoil y para el motor. Después de varios intentos, vemos que no hay forma de arrancarlo. Posiblemente haya que cambiar el filtro,¿ limpiar inyectores?, purgar el motor y no es el sitio ni el momento. Habrá que entrar a vela...
Llamamos al club náutico por radio, pero nadie contesta. Es muy temprano. Lo intentamos por telefono y por fin lo coge el guardia de seguridad. Está solo. Nadie nos puede remolcar, pero nos da el teléfono de un buzo , Salvador, que tiene una lancha y que posiblemente nos pueda echar un cable, (nunca mejor dicho).
Despertamos a Salvador y efectivamente nos puede ayudar, pero una vez dentro del puerto. Con la que hay montada dice que fuera no sale. Además nos advierte que con estos temporales, se forma en prolongación del dique de fuera una barra de arena con muy poco fondo y olas rompientes por lo que ni se nos ocurra atajar. Hay que darle un margen al menos de media milla desde la punta del faro. Buenas noticias. ¡ En fin!
Nos comenta que se va al puerto y desde la punta del espigón nos va a dirigir la aproximación.
Pues esto es lo que hay... Nos vamos acercando poco a poco a Barbate y conforme disminuye el fondo, como era de esperar se va levantando más mar, más imponente, vamos.
Sólo con la mayor rizada y sin motor el barco no obedece bien con este mar, corremos el riesgo de atravesarnos en una virada. Nos queda el recurso de la trinqueta, aunque al ser muy pequeña y estar más a popa, no sé cómo actuará.
La sacamos y ¡sí funciona! El barco se ha vuelto obediente. Más animados nos vamos aproximando siguiendo los consejos de Salvador por radio.
-¡No, no más a estribor, separaros del muelle, vais para la barra, darle más reguardo!
En eso que el agua cambia repentinamente de color ¡la barra de arena! De un momento a otro espero sentir bajo mis pies como la orza toca con el fondo y todo se rompe... Viro lo más deprisa que puedo para salirme de la zona y abortar la aproximación en busca de aguas verdes. Arumbo hacia a fuera donde las olas son menos empinadas al haber más profundidad y allí con menos riesgo virar para acercarnos a tierra lejos de la barra.
Otra vez apuntando a la costa, pero más separados del faro. Volvemos a entrar en aguas color marrón que curiosamente producen un efecto fisiológico de ascenso testicular .
- ¡ Vais bien, seguir así !
Pero conforme nos vamos alineando con el espigón las olas son más altas y muy empinadas. A mi me parecen inmensas, aunque posiblemente no tengan más de 4 metros. Suficiente si te cogen mal y rompiendo. Nos entran por la popa y nos la levantan, pasando por debajo del barco y alejándose por la proa . Unos metros más adelante rompen, por lo que no conviene avanzar mucho más.
Vemos que en el puerto hay ambulancias y coches de la Guardia Civil. Obviamente son para nosotros en al caso de que al atravesarnos a la mar nos pille una ola rompiendo... y nos recojan en la playa.
Una ola excepcionalmente empinada nos levanta e inmediatamente que nos sobrepasa viro 90º a babor para ganar la protección de la escollera y evitar las rompientes. Antes de que llegue la siguiente ola, ya estamos a resguardo y la lancha de Salvador nos está esperando para remolcarnos a través del angosto canal que hay en la entrdad del puerto que está llena de bajos por el temporal. ¡¡Salvados!!
Salvador en el centro,(de gris y chaleco azul) ,y su lancha. La cabeza que se asoma es la mía
Aquella noche dos barcos rompieron el palo y un tercero se tuvo que retirar por problemas de sus tripulantes. No estaba fácil.
En la vida hay momentos y situaciones en los que se vive intensamente cada fracción infinitesimal de tiempo. Eres consciente que no puede haber errores (y sí mucha suerte). Aunque sabes que te la estás jugando no hay tiempo para tener miedo, (se tiene después). Esta intensidad es la que graba en la memoria estos momentos y no se olvidan con el tiempo. Gusta recordarlos y pensar eso de "que malos momentos tan buenos se pasan navegando"
Hoy 24 de Noviembre, hace ya ocho años de aquello y... hasta lo añoro...
Arreglamos el barco y al día siguiente volvimos a salir rumbo al Caribe donde llegamos sanos y salvos ( y más gordos y felices).
No fue una travesía tranquila, a mil millas de Canarias, nos topamos con el huracán tropical Peter... pero esa es otra historia... que tampoco tenía proyectada vivir...
* La regata era obviamente a vela. El gasoil nos permite encender el generador para cargar baterías y cocinar. Además los puertos deportivos actuales están diseñados para que todas la maniobras se hagan a motor.
Vaya que aventureros...pero cudadín que el mar es muy muy muy grande eh!
ResponderEliminarAbracito
Bueno, tampoco tan aventureros. Y el mar es muy muy grande. Pero cuando te metes en un barco en una travesía de este tipo, te das cuenta que faltan varios "muy" que añadir.
ResponderEliminarBss y gracias por tu activa visita.
j
D-i-o-s-m-í-o!
ResponderEliminarVaya narración buena....... como si lo hubiera vivido!!!
Si te digo que escrbiendola se me mojó el teclas ¿te lo creerías?
ResponderEliminarBss
J
Lo creo, si, lo creo, jajaja!
ResponderEliminarGracias Ane por tu credulidad, que no es exagerada. Bueno, un poco sí, porque mi mensaje anterior necesita d un poquito de imaginación, que tu has sabido poner, pq donde decía "teclas" yo quería decir "teclado", pero veo que nos entendemos.En cualquier caso, lo estoy secando...
ResponderEliminarEstos dispositivos inteligentes....
¡Cuánta agua pijo! ;-)
ResponderEliminarA veces Neptuno acaba poniéndose de nuestro lado. Al menos no estaba puesta la almadraba en la bocana para "facilitaros" aún más las cosas...
Se lo que es entrar en Barbate con condiciones duras, así que ENHORABUENA por poder contarnoslo.
Un abrazo.
http://nautijorge.blogspot.com/2009/06/navegando-de-formentera-la-coruna-i-1-y.html
Si, faltaba la almadraba, pero ya de subida a Cadiz, preguntamos y no estaba.Menos mal.
ResponderEliminarTuvimos suerte, pero es que el patrón era el gran Eloy, que tiene a dos legiones de ángeles de la guarda permanentemente con él full time.
Yo ya tengo claro que si voy con él TODO se arregla y mira que "los prueba"...
¡Que buen relato de tu travesía!. Y vaya temporal que te comiste.
ResponderEliminarLa entrada en Barbate debió ser apoteósica. Las fotos (ya espectaculares) no hacen honor a la realidad que nunca se puede contener entera en una foto.
Además tú si que jugaste con la almadraba, por si faltaba algo.
Menos mal que no te pegaron ningún tiro
Un abrazo Nautijorge
j
¡Menuda aventura! Lo bueno es que, después de todo, volviste a salir rumbo al Caribe. El amor por el mar es lo que tiene :-)
ResponderEliminarBesos.
Y la inconsciencia...
ResponderEliminarEn medio de una tormenta nocturna, con agua viento y rayos,vamos, una noche "para destetar hijos de puta", un tripulante le dice a otro
-Oye,¿tú por qué navegas?
-¿yo?, porque tengo mala memoria...
Bsss
j
jajaja! qué bien me caen la inconsciencia y la temeridad (pese a los precios caros). Y lo de "una noche para destetar..." lo voy a usar en cuanto pueda. Me ha gustado cómo suena (+ risas)
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