Nube y Agua

Nube y Agua
El desapego de las nubes...la humildad del agua

domingo, 12 de abril de 2020

Tercera y cuarta semana de cuarentena

   Van pasando los días con pasmosa rapidez. ¡Un mes encerrado en casa! Dicho así suena tremendamente negativo, pero en mi caso ha sido todo lo contrario. Los estoicos nos advierten que las cosas se dividen en las que de alguna forma tenemos control o mucho control y las que escapan a nuestro control. La situación generada por el virus y las medidas que los gobiernos han tomado, escapan absolutamente a mi control y sólo tengo posibilidad de elegir mi actitud ante esta situación. Por lo tanto he decidido sacarle partido. Me lo he tomado como una travesía transatlántico, en las que uno también está confinado durante un tiempo similar.  Hay que asumir que no se puede bajar del barco y que los compañeros de travesía pasan a ser muy venerables maestros zen, que me van a poner de manifiesto las aristas de mi carácter y con los que voy a convivir estrechamente durante el período.    Es cierto que falta el murmullo del agua sobre el casco. Las noches estrellada, los amaneceres y las puestas de sol. Faltan también los delfines y los peces voladores, sin embargo, la navegación es muy tranquila. No es necesario tomar rizos en mitad de la noche o arriar el asimétrico ante la llegada de un chubascos que lo pueda rasgar. Al final, como siempre, el mundo es neutro.
Aparte de rutinas de ejercicio y "zazenes" me he propuesto abstenerse de participar en la verborrea y bulocracia  de los grupos de whatsapp  y redes sociales. Tal como ha aparecido la pandemia, los gobiernos han sido pillados en mantillas, sin material, sin preparación, sin unos protocolos claros sobre como actuar. Se están cometiendo errores, desde luego, pero cualquier gobierno por bien intencionado que fuese lo habría hecho similar. Además, los gobiernos no sólo toman decisiones basadas en criterios científicos, que son por lo visto muy opinables,  sino que además tienen la presión de ganar o perder votos con cada decisión, lo que no ayuda precisamente.
   Como se ha suspendido la Liga de fútbol, los 47 millones de entrenadores de fútbol han pasado a ser expertos en pandemia y gestión de catástrofes, con la inestimable ayuda de los bulos viralizados por la extrema derecha. Eso sí,  expertos a posteriori. Lamentable el papel de los políticos en general y muy en especial de la oposición  que está capitalizando las muertes en su beneficio.
Ya se sabía con tiempo, dicen, y no se tomaron medidas... También se sabe con tiempo el proceso, acelerado, de cambio climático que nuestro tren de vida ha provocado, también se sabía que se están extinguiendo especies a un ritmo nunca visto, o que la contaminación, de una forma menos espectacular mata cada año más  que el coronavirus. También se sabía que casi mil millones de personas mueren de hambre cada año en el mundo y no se hace, ni se va hacer nada... como cuando vemos las nubes que nos parecen inmóviles en el cielo. Pero basta acelerar las imágenes para ver que de eso nada...




   Mientras tanto, la primavera se sigue desplegando en cada rincón. Los frutales, ordenadamente se van llenando de flores para satisfacción de los insectos colonizadores, (¡y de un servidor!).

Mañana gris.
En la flor del manzano
Hay un bichito

De repente
el cerezo en flor
Alguna lágrima... 

   En la terraza, ha nacido una planta de sonchus que para mi cumpleaños me obsequió  con dos preciosas flores amarillas. Esta semana, otras dos flores, si cabe, mas bellas, han hecho su aparición 

¡Dos flores más!
Regalo de la planta
que no arranqué 

   Para terminar, en estos tiempos complicados, conviene tener presente la inscripción  en los maderos que se golpean para llamar a la meditación en los monasterios zen

"El nacimiento y la muerte
son cuestiones importantes
¡Qué  efímera es la vida!
Cada minuto es precioso.
El tiempo no espera a nadie "






4 comentarios:

  1. jaj, reflexiones muy lúcidas. La primavera ignora nuestras cuitas, y hace bien.

    Un abrazo.

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  2. Gracias por tus comentarios!
    La leyes naturales y su ciclos pasan de nuestros artificios.
    Un abrazo

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  3. Como tú aguanto muy bien el confinamiento. Teniendo un jardín de verdad alivia mucho.
    ¿Has visto? : https://elpais.com/ciencia/2020-04-18/somos-mas-abundantes-que-cualquier-otro-gran-animal-en-algun-momento-habra-una-correccion.html

    Yo lo veo así de claro.

    Un abrazo

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  4. Con los años me he ido aislando de la sociedad, incluso antes del confinamiento, por lo que a pesar de las estupideces que todos los días recibo, lo llevo bien. No puedo acceder a la página que envías,pero por lo que dices coincido plenamente contigo. Por nuestra cantidad y el impacto que producimos, somos una plaga. Que como buena plaga se autoextinguirá por su voracidad y estupidez grupal
    Un abrazo desde lo mejor de lo peor...

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