Opinar como obligación

   Recuerdo un chiste viejo, en el que se decía que los mejores dentistas del mundo estaban en la España del régimen anterior, (que básicamente era muy parecido al de ahora a nada que nos pongamos a buscar quén movía los hilos y quien los mueve ahora y si no lo creen investiguen un poco). La razón de la calidad de nuestros dentistas en aquella época era que como "no se podía abrir la boca", te tenían que sacar los dientes por el culo.
   Pero llegó la democracia -según dicen- y de no poder hablar hemos pasado al tener que opinar de todo de forma compulsiva. No me parece mal que se opine, todo lo contrario, lo que me parece mal, es que en vez de opinar, lancemos improperios basados más que en la actividad neurona, en la de células de otros órganos, que no han sido diseñados para pensar. ¿En que se basan nuestras opiniones? Por ejemplo si a mi se me ocurre opinar sobre un tema tan resbaladizo como la mecánica cuántica, personalmente procuro informarme acudiendo a la gran cantidad de información que hay por todos lados. En cualquier caso, mi opinión no será de mucho peso, porque no tengo en mi haber ninguna investigación sobre el particular. Sólo conozco lo que he podido leer de gente que sabían de ésto. Si me da por publicar mis opiniones en mi entorno, nadie me discutirá lo que digo y posiblemente quede como un"enterao" del tema. Pero pongamos que me da por opinar sobre un tema como el cambio climático y después de informarme me decanto por sus causas humanas. Ahí ya la cosas se pone más agresiva. Tampoco es que haya investigado personalmente sobre el tema, pero he procurado informarme. Soy de "ciencias" y eso me da una cierta ventaja a la hora de hacer un estrío de las informaciones que leo. Tengo también una dosis razonable de sentido común que me permite evaluar qué dicen, quién lo dice y conjeturar por qué lo dice. Por ejemplo si un estudio científico, pagado por una petrolera niega los efectos de los combustibles fósiles en el aumento de CO2 atmosfércio, puedo pensar que el estudio está algo sesgado Debo decir en honor a la verdad, que tengo una cierta cosmovisión y eso me hace tomar un cierto partido, (aunque no quiera), por las informaciones que encajan en mi cosmovisión. Eso no es bueno para encontrar la verdad de las cosas, (suponiendo que exista), pero me vino con el "pack" y por mucho que intente evitarlo...Al menos lo sé
 Bueno, que me lio, si digo que el cambio climático lo estamos provocando los humanos y que es el mayor reto que tiene la humanidad planteado a medio plazo, mucha gente se revuelve indignada. No esgrimen argumentos científicos, abusan del improperio, del dogma, del comentario despreciativo...
Opinan, pero no han intentado escarbar un poquito en la información accesible sobre el tema y tratar de confrontar las opciones a favor o en contra.
   Lo que sí he observado es que las personas que me denigran, (más bien denigran mi opinión, pero ya que se ponen...), son personas que viven bastante de espaldas a las posibles medidas -que a nivel personal- se podrían tomar para intentar evitarlo, (creo que ya es tarde para ésto). Es decir que como esa opinión que inocentemente he manifestado no coincide con su cosmovisión, que es la base de sus actitudes ante la vida, se enfadan terriblemente, apagan el cerebro racional y empiezan a escupir otras secreciones verbales.
   Me ha llamado la atención, que estas personas , muchas de las cuales, son tremendamente receptivas a las opiniones papales, no se hayan enterado de la ultima encíclica del Papa Francisco, cuando sí se han sentido extasiados ante los comentarios vaticanos sobre temas claves como si había mula o no en el Portal de Belén o si el Espíritu Santo era una paloma o una tórtola. Cosas de la vida...
   La verdad que en este mundo ajetreado no queda mucho tiempo para intentar conocer la verdad, sólo holgazanes como yo le dedicamos algo de tiempo a leer. En general las opiniones se forman no yendo a las fuentes originales de información contrastada, sino que se va directamente a los medios que en vez de información, nos dan ya su opinión. Y no se bebe de todos los medios, no, sólo de los que "venden" la misma cosmovisión que la nuestra, la que hemos adquirido por la clase en que nacimos, el lugar que ocupamos en la sociedad, el patrimonio que se posee y la educación, (programación), que se nos dio cuando éramos niñ@s. Si la opinión, que raramente es información no coincide con nuestra cosmovisión, simplemente se rechaza. Da igual que se presenten datos contrastados, argumentos racionales, pruebas ... no, no se aceptan. Nuestro ego no soporta no tener razón y en esas circunstancias todo vale
   El otro día un conocido mío muy adicto a lo que representa el PP, me comentaba indignado que debido a la bajada de sueldo del equipo de concejales de Ada Colau, se iba a producir un empobrecimiento de la sociedad, ya que nadie podría ganar más que ellos ( sobre 2000 euros/mes netos), y esto iba a arruinar los comercios, la actividad económica... Al final me decía "estos" haran como en Rusia, se quedaran con los campos de golf sólo para ellos, ¡como hacían los estalinistas y sólo podran jugar ellos y sus amiguetes!
   Esta persona no había bebido, no toma drogas, (bueno, lee el ABC y la Razón y escucha a Federico, pero de momento estas actividades no están tipificadas como estupefacientes). Esta persona no es tonta, toma decisiones a bastante alto nivel. Sin embargo, cuando su cerebro racional detecta determinadas ideas, de forma espontánea y muy natural se pone en "modo Off y lo deja todo en manos del emocional" y empieza a escupir los memes que ha ido recolectando durante su tiempo dedicado a "informarse". Le comenté que el aumento de desigualdad, de población que se puede considerar bajo el humbral de pobreza, en paro desahuciada...etc, había aumentado mucho en los últimos años sin que Ada Colau hubiese tenido mucho que ver. Pero ya su cerebro racional se había apagado, sus oidos se había cerrado y sólo su boca estaba operativa para dar rienda suelta a su indignación contenida.
   Hace ya unos años, por utilizar el cerebro que no convenía montamos una guerra civil donde nuestra generación anterior dio rienda suelta a sus odios de una forma muy eficaz. Personalmente creo que esa guerra sigue existiendo  aunque de baja intensidad, a la espera que se vuelvan a dar las causas detonantes.
   Les aseguro que esta conversación fue así. Lo digo porque a veces pienso que la soñé.
   El poder, (cuando digo Poder, me refiero al de verdad, al económico, no a los cantamañas que tiene contratados), sabe muy bien que el control de la información es fundamental para controlar la sociedad. NO hacen falta tanques. Son los medios, por eso controlan los medios de mayor peso a la hora de transmitir información a los ciudadanos. Bueno, no es información, es formación, pero va vestida de información. Con esa formación los ciudadanos opinamos y nos peleamos e insultamos, según sea nuestra cosmovisión que hemos adquirido. ¿La verdad? ¡A quien le importa!