Procuro ir caminando a la oficina. Son poco más de tres quilómetros, más la vuelta. No es mucho pero procuro aprovechar las ocasiones para mantener cierta forma física
En esta época me gusta disfrutar de la floración de los frutales urbanitas. Primero los ciruelos, luego los naranjos, que llenan las calles de Murcia de olor a azahar.
Este año los ciruelos que conozco andan un poco retrasados en florecer. Pero hoy por fin he descubierto las primeras flores en mi ciruelo preferido, un tanto tímidas.
Por lo menos hasta ahora las estaciones se siguen sucediendo, como hitos del paso del tiempo, que me recuerdan,(aunque me niegue a "dejar entrar al viejo"), que falta menos para convertirme en "mil vientos". La vida...
Primeras flores
en el pruno del parque .
Pasó un año
Caminar tiene mucho de ejercicio filosófico, sea en pequeñas dosis o en dosis más extensas. Tus textos tienen emoción contenida y en ellos se presiente la tensión de la vida que va pasando y la belleza de la naturaleza que se decantan al fin en un haiku en que se combinan tiempo y luz.
ResponderEliminarSi escribo un libro te voy a pedir que redactes el prólogo...😏!
ResponderEliminarSí, como dices es una actividad físico filosófica que viene muy bien al cuerpo, a la mente y al espiritu y si las condiciones emocionales son propicias ¡puede surgir un haiku!
Un abrazo!