El cielo -por lo menos el que tengo sobre mi cabeza- parece contagiarse del ambiente indolente que genera el "Puente de la Constitución" por aquí abajo. Nubes dispersas, cirrus, se mueven perezosamente. Aparecen y vuelven a desaparecer, sin atraer la atención de casi nadie. Es como si en las alturas hubiese también una especie de "servicios mínimos". No se manifiesta la belleza salvaje de los cúmulo-nimbus,que generan violentas tormentas, ni los rebaños de cúmulos de buen tiempo, tan formales ellos, desplazándose juntos por el cielo. Tampoco las nubes lenticulares de formas ahusadas que aparecen los día de viento a sotavento de las cadenas montañosas. Hoy han dejado de guardia a los cirrus, dibujando sus formas de encaje sobre el cielo azul para que cubran el expediente entre estos dos días festivos.Ellos sabiendo que nadie los vigila cumplen su cometido sin esforzarse demasiado.
Aún así me encantan. Dan sensación de paz
En el cielo azul
Tan solo algunos cirrus
Nadie los mira
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