Llevo tiempo sin escribir ninguna
entrada en el blog. Y no es que no haya temas, más bien lo contrario. De hecho,
la realidad cotidiana se llena de guerras, odios, enfrentamientos verbales, (el
escalón previo a los físicos), aberraciones climáticas…etc. Observo con pavor
el sesgo de los medios generalistas a la hora de dar noticias, que parece que
más que informar, quieren formar, (un estado de opinión indignado y agresivo).
Estoy superado.
Un tema, al que se le sigue sin
dar el tiempo y la importancia necesarios es el cambio climático y eso que su
evolución puede acabar con la sociedad, tal como la conocemos, tal vez incluso
la vida humana o incluso la vida sobre la Tierra. A lo mejor estoy demasiado
sensibilizado por las informaciones que de aquí y allá voy encontrando. “La
realidad, es a lo que prestas atención”. Mi preocupación es claramente sesgada. Si en vez de sobre estos temas estas, leyera el ¡HOLA!, claramente pensaría otras cosas.
El clima no evoluciona de una manera dramática día a día… Sí, es verdad que este
año puede que acabe siendo el más cálido desde que tenemos datos, más incluso
que el anterior que también lo fue, pero por lo menos en el entorno en que me
muevo, no parece que esto sea un problema. Más bien al contrario. Tanto es así
que el negacionismo del cambio climático cada vez toma más fuerza entre amplios
sectores de la población. Cuando lees estudios científicos este negacionismo te
parece aberrante y eso me hace preguntarme por qué no hay mayor preocupación.
«Es difícil hacer que un hombre entienda algo cuando su salario depende
de que no lo entienda» decía el escritor y activista estadounidense Upton Sinclair . Quien dice
su salario, dice su nivel de vida, sus caprichos, su negocio. Y es que el
cambio climático, de origen antropogénico, tiene este problema para ser
entendido. La economía capitalista se basa en "el más" y se mueve, nos guste o no, por el consumo de energía, cada vez más creciente , de una energía barata, (hasta ahora) y al parecer inagotable. El uso
de esa energía desprende, nos guste o no, calores residuales y emisiones de gases de efecto invernadero que a su vez crecen
con el crecimiento económico, siendo éste imprescindible para la buena salud
del capitalismo. Es decir que “morir de éxito” es a lo que al parecer estamos
destinados. Entiendo que la frase de Sinclair resume a la perfección uno de los
motivos del negacionismo. Negacionismo -practico- que no sólo exhiben los gobiernos o grandes
empresas, sino que el currito medio que viaja en avión por 70 euros o se va el
fin de semana con su coche a la playa,
con su coche que está pagando a plazos. De alguna forma todos
participamos en la fiesta y nos sentaría muy mal que la fiesta se acabe, o sea
menos divertida ¡"con la cantidad de impuestos que pagamos"! Como cuando fumamos, hay cantidad de argumentos para
dejar esta adicción, (porque es una adicción), para romper la disonancia
cognitiva que nos corroe, pero estos argumentos son racionales, sus resultados positivos, (¡muy positivos!) se ven a largo plazo, pero a corto plazo suponen negarnos un placer. "Ningún argumento racional tendrá un efecto racional en un hombre que no quiere adoptar una actitud racional" decía K. Popper
Si los individuos, la sociedad, la economía, toma las medidas que realmente son necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, tendríamos que renunciar a una cantidad tremenda de cosas y servicios, que consideramos imprescindibles, que nos dan tremendas satisfacciones a corto plazo, en aras a un mundo habitable para las próximas generaciones, a lo mejor tan próximas como la de nuestros nietos, (esos que adoramos...). No echemos la culpa a los poderes económicos, que se mueven por la rentabilidad, sin pensar en las consecuencias negativas a nivel medioambiental y/o social, que esa rentabilidad a toda costa tiene para el entorno. Esas compañías nos ofrecen productos y servicios que son ávidamente consumidos por nosotros. Cierto que esta avidez consumista está basada en un entorno social que lo promueve e ignora las consecuencias, ¿pero queremos conocer las consecuencias de nuestros hábitos consumistas? ¿Han intentado, armándose de valor,comentar estos aspectos en sus reuniones familiares o con amigos?.
La sociedad no está preparada para aceptar esta información de forma que cambie su actitud y es lógico, porque en un mundo basado en el "¿y yo que gano con esto?", con "esto" se pierde calidad de vida y amistades. La evolución hacia el colapso, aunque creo que se está acelerando en estos últimos año, aún tiene una velocidad muy lenta comparada con la generación y satisfacción de los deseos. Podemos seguir actuando como siempre "lo quiero y lo quiero ya", gracias a la cantidad de aplicaciones y entidades que nos "informan" de sus productos y servicios y los mecanismos para que el tiempo entre la generación de un deseo y su satisfacción sea lo más corto posible y NO VEMOS que esta actitud produzca un efecto negativo inmediato, como pasa al encender un cigarrillo (tras otro) y la aparición de un cáncer. Esta diferencia de tiempos unida a lo poco apetecible que nos parecen las medidas de contención hacen que no nos sensibilicemos ante el problema. Meter los dedos en un enchufe, en cambio, si que produce un efecto desagradable e inmediato que hace que no veamos a muchos "adictos al enchufe"
Creo que ente tema es perfectamente aplicable la "Ventana de Overton" . En un determinado momento, las políticas aplicables sólo son posibles si gozan de la aceptación y la popularidad de la sociedad. Overton dividió las políticas en diferentes niveles verticales desde más libertad, por arriba, a menos libertad por abajo. Estos niveles son Inaceptable, radical, aceptable, sensato, popular, Política y los mismos niveles en sentido contrario. Políticos que propugnen ideas que no sean populares en la sociedad, (cuya actitud está moldeada todos los días por el mercado y su propaganda) están condenados al fracaso. Por eso, los políticos elegibles procuran no tocar estos temas, o tocarlos de forma muy suave y nada comprometida, ya que de aplicar las medidas medioambientales necesarias, implicaría una pérdida de popularidad radical que los alejaría del poder. Obviamente la ventana se puede mover hacia una dirección u otra pero siempre de forma gradual. Hay definidas estrategias para ello Cuando tienes cierta edad, has visto cambios radicales en nuestra sociedad, (en plazos de años o décadas), que han convertido en populares y aceptable socialmente, situaciones y políticas que en su momento eran inadmisibles. Hay estrategias para ello, pero son costosas y precisan tiempo.
Sólo cuando los efectos ambientales de nuestra actitud sean inequívocamente visibles y claramente relacionados con ella por una suficiente masa crítica de la sociedad, empezaran a entrar "dentro de la ventana", pero ya será tarde