No es frecuente ver cometas de este tamaño, visible incluso desde núcleos urbanos tan iluminados actualmente.
Por razones que desconozco, siempre me han atraído los cometas. Recuerdo leer en un libro de divulgación magnífico de Patrick Moore que me regalaron en los años sesenta la historia de Pons, ese humilde astrónomo del siglo XIX,que empezó trabajando de conserje del observatorio de Marsella y con el tiempo se convirtió en un reputado astrónomo y el más grande cazador de cometas, (descubrió 37). Se fabricaba sus propios instrumentos para este fin, concretamente un buscador de cometas de gran apertura y focal corta para poder inspeccionar amplios campos de estrellas disfrutando de una alta luminosidad, condiciones necesarias para tener éxito. Messier fue otro cazador cometario afamado, al que además le debemos su catálogo de objetos difusos del cielo, (galaxias, cúmulos de estrellas y nebulosas), que podían ser confundidos con cometas aún lejanos al sol. Ambos dos me parecían seres espéciales.
El gran problema de este cometa, es que sus representaciones tenían lugar a partir de las cinco de la mañana, una hora en la que suelo tener la mayoría de mis circuitos apagados y en la que no se pueden hacer demasiado ruido bajo el riesgo de despertar a mi maestra zen. La astronomía es muchas veces una ciencia exigente que te hace salir de tu zona de confort...
Pero el cometa no iba a volver hasta dentro de 6.000 años. Los más seguro es que para entonces yo esté convertido desde hace mucho tiempo en "mil vientos", incluso no me extrañaría, que al paso que vamos en destruir las condiciones que han permitido surgir a la humanidad como tal, no quede ni un humano para entonces que pueda disfrutar de su visión. ¡Había que verlo como fuese y fotografiarlo!
Afortunadamente una vez levantado de la cama, (lo más dificil para mí), el cometa se localizaba fácilmente y solo había que disparar fotos con diferentes configuraciones para tenerlo guardado. Estoy convencido que en esos momentos los sentimiento de Pons y Messier, eran muy similares a los míos...
Vista panorámica del amanecer del 11 de julio. A la izquierda de la foto ( y de la torre) el cometa, a la derecha de la foto Venuas , que tiene turno de mañana también |
Todos duermen.
una estrella con cola
en el cielo
Reveladoras fotos de este cometa del que había oído hablar pero no he intentado observarlo. Mi hija Clara sí que es una observadora tenaz del firmamento. Me hubiera gustado ser un hombre de estrellas para acompañarla en la exploración del cielo nocturno.
ResponderEliminarNo sé si dentro de seis mil años habrá humanos en el universo, pienso que sí pero no podemos imaginar siquiera cómo será la vida en el espacio en doscientos años, ¿cómo vamos a imaginar seis mil? Hace tres mil años era la cultura de los faraones. ¿Qué será de la humanidad en seis mil, teniendo en cuenta que la velocidad científica es cada vez mayor? Los seres humanos que vean el cometa no podrán saber demasiado de nosotros y tal vez haya olvidado por incomprensible a Shakespeare y a Don Quijote. Un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario
EliminarEso de tener una hija que observa el cielo es algo que no he tenido y me hubiera encantado.
Creo que antes, mucho antes de la vuelta del cometa la humanidad habrá colapsado de éxito o estupidez,según se mire, pero a nivel del cosmos no se notará ningún cambio por ello.
Un abrazo
Muy bonito post, y vaya si merecía la perna levantarse de la cama.
ResponderEliminarUn abrazo
Claramente merecía la pena. Desgraciadamente no he podido utilizar armamento más potente dada su posición pero no me quejo. Voy teniendo una edad, en la que ver estamos espectáculos se agradece y mucho.
EliminarUn abrazo
Ha merecido la pena el esfuerzo, gracias por compartir JJ.
ResponderEliminarBesos
Efectivamente...
EliminarGracias a ti por tu comentario
Gracias por compartir tan maravillosas fotos.
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