Nube y Agua

Nube y Agua
El desapego de las nubes...la humildad del agua

viernes, 14 de enero de 2022

Interser


    Conozco una chica, más bien ya señora, (está en la cuarentena), que hasta no hace muchos años pensaba -y yo la entiendo- que los calamares eran unos peces en forma de anillo. Tengo muy claro que los niños no se imaginan de dónde puede proceder el jamón de York. Si supiesen que proviene de Pepa Pig no sé hasta que punto se lo comerían y desde luego lo rechazarían si supieran todo lo que han hecho con ella hasta que  aparece laminada en envases de plástico en el "super"

En este enlace se pueden hacer una idea de lo que le pasa a Pepa Pig hasta ser una deliciosa lonchita de jamón de york

   En esta sociedad se gasta mucho dinero para "acotar" los productos. Éstos tienen que presentarse de una forma atractiva, irresistible mejor, al consumidor. El consumidor no debe ver más allá que la parte interesante  y atractiva del producto. No debe saber lo que pasa antes, desde sus materias primas ni después , cuando  se desecha . El producto, un sustantivo, empieza y acaba en lo que se ve en ese momento. Es un problema derivado de nuestro lenguaje muy basado en sustantivos.

   Sin embargo, las cosas no son así en la realidad. Todo es más bien un flujo de sustantivos relacionados entre ellos. El maestro zen vietnamita Tich Naht Hahn utilizaba mucho el concepto del "interser", todo está relacionado con todo y lo ilustra muy bien en este ejemplo de la hoja de papel:

  “Si eres poeta, verás claramente que flota una nube en esta hoja de papel. Sin nube, no habrá lluvia; sin lluvia, los árboles no crecen; y sin árboles, no podremos hacer papel". 

  Cuando vemos una camiseta a un precio rompedor, no vemos el agua del lago Aral que se empleó en regar los cultivos de algodón. No vemos a las personas que lo recogieron ni a los transportes que lo llevaron oriente . No vemos los niños explotados para fabricar esas camisetas en un régimen de semi esclavitud, ni vemos la contaminación de los ríos por los blanqueantes y tintes. No vemos el combustible quemado para traerlo hasta nosotros, ni vemos los vertederos donde acaba después de dos o tres puestas.

  Para hacer una taza de café de 125 ml han sido necesarios unos 140 litros de agua, 150 litros para una cerveza...

   Esquilmamos y contaminamos el planeta, maltratamos animales, esclavizamos personas, sin ser conscientes de ello, tal vez sin querer ser conscientes, por un capricho.

   Ahora nos sensibilizan más. Nos dicen que un producto es "sostenible" y ¡zas!, en vez de uno  ¡compramos tres! Reciclamos como el que va a confesarse. Volvemos del contenedor amarillo, limpios de pecado y con la conciencia tranquila para empezar de nuevo el ciclo. Pero no. Todo absolutamente todo tiene su impacto medioambiental, social. Unos más, otros menos. Es inevitable.

  No quiero con esto dar a entender que no se puede hacer nada, (¡no soy quien!), pero sí deberíamos ampliar nuestra consciencia, abrir el foco de nuestra visión para poder ver qué pasa antes y después del atractivo producto. Interesarnos en conocer la historia, hasta que el producto está en las estanterías. Qué energía se ha consumido, qué crueldades han sido necesarias y que efectos tendrá en el medio ambiente... Ampliar nuestra consciencia... Claro que no es lo deseable por la publicidad y que si lo hacemos, que está por ver, nos sentiríamos más preocupados al ver el impacto que tienen nuestros actos, nuestras costumbres, tan legítimas, tan inocentes, en lo que nos rodea. Por eso creo que en muchos casos no se quiere saber y lo entiendo. Se vive mucho más tranquilo... (de momento)


7 comentarios:

  1. Pues es verdad, qué poco nos percatamos lo que hay detrás de algunas acciones o productos.

    Gracias por compartir. Un abrazo

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  2. Es que si fuéramos conscientes de todo lo que mencionas, nos quedaríamos en un rincón y nos dejaríamos morir de pena y de hambre. Es más si fuéramos siempre conscientes de la muerte que inevitablemente vendrá, cada vez en menos tiempo, nos afligiríamos tanto que no podríamos vivir de espanto. Si fuéramos conscientes de todo lo que las noticias nos vienen a decir sobre nuestra alimentación, sobre el estado del mundo, incluida la destrucción de pueblos indígenas, no podríamos vivir... Es tanto sobre lo que podríamos tomar conciencia que la vida sería imposible de horror. Por eso, es necesaria la inconsciencia, sin inconsciencia no hay felicidad. ¿Cómo sentir felicidad ante el estado del mundo? Sabiendo las decenas y decenas de millones de refugiados que hay hacinados en campos insalubres y precarios. Sabiendo las consecuencias en serio del cambio climático, del impacto que va a tener la biología sintética, la inteligencia artificial, la robótica, la superpoblación que nos llevará a ser diez mil millones de seres en el mundo. Si fuéramos conscientes, nos suicidaríamos. Un abrazo.

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  3. Creo que el cerebro tiene una función de filtrar la tremenda cantidad de estímulos que llegan al,dejando aflorar a la conciencia una mínima cantidad para no colapsar el sistema.
    Es cierto que una mayor expansión de la consciencia nos.emfrenta a cantidad de cosas que preferimos ignorar, porque nos obligaría a actuar de una forma menos egoica y de hacerlo entraríamos en una disonancia cognitiva muy desagradable. De todas formas ésto es algo como cuando creces y descubres que los reyes son los padres. Ya no puedes volver a la situación anterior.Cuando descubres las implicaciones de tus actos palabras y pensamientos no puedes actuar como antes sin un costó mental importante,pero nadie nos pide que nosotros solos salvemos el planeta. Es cuestión de actuar consecuentemente, dentro del rebaño en el que nos encontramos,como le pasa al "perro estoico" El resultado no está en nuestra mano, la acción bastante, dado que tenemos una guerra civil interna entre lo espontáneo,lo inmediato y lo difícil...
    En cualquier caso nostros colapsaremos en unos pocos años...
    Un abrazo y feliz año!

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  4. Te dejo una entrevista que me ha parecido muy sustanciosa porque aborda temas comunes a los tuyos. ENTREVISTA A GILLES LIPOVETSKY Un saludo.

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  5. Si, preferimos ir de ciegos. Preciosa las palabras del maestro Zen intercaladas.

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