Los estoicos nos animan a recordar la impermanencia de todo, evitando así el apego a los "indiferentes preferidos" o la aversión hacia los "indiferentes" que no nos gustan.
Una actitud atenta a lo que nos rodea nos hace ser conscientes, a veces de forma dramática, del escaso y en algunos casos, nulo, control que tenemos sobre la vida, esa que todos los días, erre que erre, nos empeñamos en amorldar a nuestros gustos.
Estamos en los meses de floración. Los frutales, según su especie y variedad, más temprana o más tardía abren en su momento sus flores, para satisfacción de las abejas y demás parientes zumbones (¡y de un servidor!) En no muchos días se puede ver la aparición de las flores, su explosión y decaimiento.
Creo que la fugacidad de esta belleza gratuita la hace más impactante. La adaptación hedónica nos vuelve bastante insensibles a los placeres, (y también a las desgracias), si duran mucho.Esta fugacidad también permite agradacer este derroche de belleza que la naturaleza nos prodiga en dosis medidas cada día, si estamos dispuestos a verla.
Vuelta en bici.
Al pasar por el pruno.
hacer gassho
"Al cabo de los años he observado que la belleza como la felicidad es frecuente.
No pasa un día sin que no estemos, un instante, en el paraíso.
(José Luis Borges)
¡Muy bueno, querido amigo!
ResponderEliminarGracias por recordarnos (y mostrarnos) la belleza de lo efímero.
El placer consiste en saber mirar a nuestro alrededor. Nuestra mirada también es un adiós sobre las cosas...
Un gran abrazo.
Muchas gracias Juan Carlos
EliminarLa belleza efímera, es más belleza.
Un abrazo
Y tiene que ser así, porque un paraíso constante no seria paraíso.
ResponderEliminarYa lo dice el refrán; "Lo poco agrada y lo mucho cansa"
EliminarGracias por tu visita
Saludos
Ese paseo en bici, por entre almendros en flor, es un paraíso de color en la mirada, de primavera en el corazón.
ResponderEliminarUn abrazo
Pasear en bici, aparte de poder detnerte más facilmente ante un ciruelo tepermite disfrutar del camino a otra más pausadamente y sobre todo de los olores del campo.
EliminarGracias por tu visita
un abrazo
Desafortunadamente para mí, el inicio de la primavera es una etapa siniestra para mi sistema anímico. Yo soy feliz los meses de otoño y, especialmente, en el invierno, pero la primavera y el comienzo del verano son fuente de intensa tristeza. Sé que no es infrecuente. La floración, el renacer de la vida, tras la oscuridad invernal, me produce estados desasosegantes. Por más que mire las abejas o las flores, o el avance de la luz por las tardes, no logro animarme, si acaso lo contrario. Yo volvería a un permanente invierno donde refugiarme. Pero la impermanecia es así. todo fluye y todo está cambiando sin cesar.
ResponderEliminarQue curioso!. Eres el primer caso que conozco!. A mi antes me deprimía algo el fin del verano y sobre todo el incvierno, pero desde hace años entro en cada estación fascinado por los cambios que se producen en el entorno. Cada estación tiene su belleza particular, unas son más nostálgicas, otras más... explosivas, pero la verda que agradezco vivir en una latitud donde se suceden las estaciones.
EliminarUn abrazo y ¡ánimo!
En los suaves días de primavera,
ResponderEliminarcuando tan hermoso es el brillo
de los cielos serenos,
¿Por qué caen las flores
de corazón inquieto?
Ki no Tomonori
Suele llamar la atención la idea japonesa según la cual la verdadera esencia de la belleza está en su impermanencia. La belleza verdadera es siempre efímera. Incluso esa tristeza, dulzona, que nos provoca darnos cuenta de ello es también hermosa.
Muy buen texto tomodachi. Hermoso.
Gasshô
Efectivamente. Los japoneses tienen razón... Creo que necesitamos opuestos, contrastes para valorar la belleza o para valorar una belleza frente a otra. Me imagino que ésto debe tener una base bioquímica, de saturación de receptores ...
EliminarMuchas gracias por tu visita y aportación
Un abrazo fuerte
Me ha gustado mucho esta entrada, JJ.
ResponderEliminarUn abrazo
Y yo que me alegro Erna!
ResponderEliminarUn abrazo
Me borré de todas las redes pero, por cosas que no importan ahora,he vuelto por aquí. Y sigo encontrando lo que encontré hace tiempo y que tanto bien me hace. Un beso desde más al norte que Murcia :)
ResponderEliminarYa te echaba de menos Ane! Muchas gracias por tu visita y comentarios!
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