Leía en una encuesta realizada por EY que siete de cada diez directivos españoles consideran que el soborno y la corrupción es la práctica habitual en los negocios, incluso un 55% no se escandalizan por la "alteración" de los estado financieros para dar una buena imagen de la empresa. Un 46% no veía con malos ojos la práctica de donar regalos o realizar pagos que faciliten la "supervivencia de los negocios. O sea que el fin justifica -holgadamente- los medios.
Así se entienden la política de puertas giratoria que las empresas reguladas o los bancos practican con ex ministros o ex presidentes del gobierno, que han facilitado un entorno "favorable" para la properidad del negocio, (cuyo coste es generalmente pagado por los ciudadanos). Las escandalosas grabaciones donde presuntamente el presunto PP valenciano cobraba presuntas comisiones de empresas en presuntas adjudicaciones o la vergonzosa adjudicación de la explotación de la mina de Aznlrcollar a un tinglado de amiguetes de la Junta de Andalucia.
El problema de estos pecadillos, es que aparte del coste oculto que nos suponen a todos, es que a base de verlos todos los días no estamos acostumbrando a ellos y los vemos como los ven los directivos españoles, algo normal e inevitable y que además NO PASA FACTURA a los políticos
A mi me da bastante asco.
Ah, recuerden que a estos presuntos chorizos, los elegimos nosotros. Con nuestro votos.
Te equivocas y no, al decir que los elegimos nosotros. Nosotros es una entidad demoscópica que está penetrada por potentes sistemas de análisis de nuestras conciencias y comportamientos. Nada hay que hacer a través de las elecciones. El sistema se perpetúa y tú solo depositas una papeleta controlada en la urna. Nada hay que amenace al sistema. Si algo surge, como parecía que era Podemos, él solito se ha domesticado para ser aceptado en la vorágine del centro demoscópico. El votante medio tiene una edad mental de doce años, y la propaganda no se dirige a la inteligencia sino a su carencia, a hábitos, a tics, a tópicos... El dinero y su reparto tiene sus reglas. ¿Acaso los sindicatos no regalaban también relojes y carteras a los asistentes a algún congreso? Cuando entramos en la secciones internas del poder, como pretende hacer Podemos, las cosas cambian, se ven de otra manera. Mis alumnos trabajan con ahínco si al final de la clase les doy un chupa chups. ¿Compra? ¿Puertas giratorias? Pues claro. Es así.
ResponderEliminarHombre, los votos los depositamos nosotros. Es cierto que previamente y no me refiero a la campaña electoral, hemos sido "educados" o mejor dicho "amaestrados" con la publicidad, con las informaciones que vemos en los medios "patrocinados", con el cine...etc. El acto de elegir a quien votar ha sido realizado mucho antes de la campaña.Una campaña que apela al miedo al tópico,a la puñalada trapera y como bien dices a esa parte estúpida y egoista que todos en diferente proporción tenemos.
ResponderEliminarSin embargo no somos tan inocentes. No podemos negar que conocemos la corrupción, sólo que cuando la hacen los nuestros, no la consideramos como tal. Conozco mucha gente que haría, que hace lo mismo-a su nivel- que hace el poder, por eso no lo ven mal. O sólo la ven mal si la hacen los otros, de los cuales no recibo favores o que no conozco.
Mientras tanto grandes problemas precisan soluciones. El cambio climático es uno de ellos, el fin de la energía barata, la gran migración de los países de baja energía percápita hacia los que la tienen más alta. De eso no se habla o se habla mal. El ser humano no está capacitado para ver los cambios lentos o pequeños en relacióna su tiempo, pero rápidos y grandes a escala geológica. Lo que entendemos como nuestra civilización o nuesytra especie será pronto, a escala cósmica, un recuerdo, un destello que pasó, entre otras cosas porque nuestro cerebro reptiliano sigue teniendo demasiado peso en nuestras decisiones.
Un abrazo y buen finde