Nos empeñamos en mirar hacia otro lado. Tenemos la sensación, queremos tenerla, de que el tiempo no pasa, que las agujas del reloj están quietas, pero basta echarles un ojo un rato más tarde para ver que se mueven. Los cambios que al cabo del año se van sucediendo con las estaciones en la naturaleza también nos sacan de nuestro error a nada que miremos. Todo está en permanente cambio. La entropia del universo crece a cada instante y la nuestra también... Oponerse es inútil. La vida y la muerte se suceden una a otra...
Restos de polen
en la abeja muerta.
Anochece
Tal cual, querido amigo.
ResponderEliminarPequeña efímera:
tan solo es permanente
la impermanencia.
Un gran abrazo.
Efectivamente!!
EliminarUn gran abrazo
j
Un haiku preciosos. Así es la vida
ResponderEliminarUn abrazo
Y el que no lo acepta lo pasará mal...
EliminarGracias y un abrazo
El próximo día cuando salga me llevaré la maquina y unos prismáticos para observa la fauna de la sierra del Garraf que me da la impresión de permanente mientras yo que yo llego y soy siempre distinto. Pero es una impresión por la imagen estática de las rocas y los palmitos. Yo cambio, la naturaleza cambia, todo, efectivamente en permanente estado de transformación.
ResponderEliminarLas rocas y los palmitos, a su velocidad, también cambian. Más despacio, pero cambian.
ResponderEliminar"Mirar" la naturaleza, tiene la capacidad de que nos replanteemos muchas cosas, que cuando se vive en una ciudad con su tren de vida artificial uno ni se imagina.
Una abrazo y disfruto de tu excursión